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Dependencia emocional: ¿Cuáles son las señales?

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Dependencia emocional: ¿Cuáles son las señales?

 

La dependencia emocional, también conocida como codependencia o adicción a las personas es un tipo de adicción que lleva a quien la padece a hacer de todo por intentar controlar a la persona que tiene al lado, que no necesariamente tiene que ser su pareja, aunque es la forma más común en la que se da. Entonces, la pregunta es, ¿cómo nos damos cuenta si estamos en pareja con alguien emocionalmente dependiente o cómo nos damos cuenta de que somos nosotros quienes tenemos ese problema?  Hay algunas señales a las que debemos prestar atención.

 

 

 

Voluntad de controlar al otro

 

 

Lo primero que imaginamos es que en su voluntad de controlar al otro, una persona codependiente se va a manifestar de forma agresiva, pero no tiene porqué ser así. Por lo general, lo que sucede es que la persona que padece este trastorno quiere ser “útil” para el otro y entonces busca satisfacer todas sus necesidades.  También hay una tendencia a elegir como pareja a personas que han sufrido en la vida, que tienen cierta vulnerabilidad o fragilidad emocional, así poder cuidarlas y darles todo lo que necesitan, pero el problema es que esto responde a intereses egoístas o afectivamente enfermizos.

 

 

 

Atención, al momento de elegir una pareja, también puede darse el caso contrario. Es decir, que la persona elegida sea engreída, distante, egocéntrica, posesiva o conflictiva. Aquí se produce una idealización del otro y se lo sobrevalora. Si se trata de un profesional, será el mejor en su campo. Si es un artista, será el más creativo de todos. Se produce una especie de endiosamiento.

 

 

Contacto permanente

 

 

 

Las personas codependientes quieren compartir la mayor parte del tiempo con su pareja, y ahora la tecnología les permite estar en permanente contacto ya sea por teléfono, a través de mensajes de texto o por Internet. El contacto puede llegar a ser tan excesivo al punto de llamar la atención del entorno familiar o hasta puede causar algún problema en el trabajo.

 

 

 

A su vez, cuando se encuentran en el mismo lugar, la persona codependiente buscará el mayor roce posible con su pareja. ¿Cómo?  En casa, estando siempre en la misma habitación, mientras que si salen con amigos sólo le prestará atención a su pareja y buscará su contacto físico. Generalmente, el otro termina por reclamar espacio, salvo que se trate de una pareja en la que los dos sufran de esta dependencia emocional.

 

 

 

Este comportamiento también hace que la pareja se aleje de sus amistades, de su familia y que no se involucre con sus compañeros de trabajo.

 

 

 

Temor al abandono

 

 

 

Los codependientes prefieren estar fatal, pero dentro de una relación, a estar solos.  Pueden aguantar casi cualquier cosa con tal de no romper con su pareja, lo que los puede poner en una situación de sumisión total. El temor al rechazo es una constante que se repite dentro del seno familiar o en su trabajo. Hay una necesidad de ser aceptado, valorado y de sentirse querido.

 

 

 

Baja autoestima

 

 

Si bien pueden ser conscientes de que son buenos profesionales o atractivos físicamente,  igualmente tienen una baja autoestima. Alguien que se quiere así mismo tiende a protegerse cuando es atacado, trata de resolver los problemas cuando se presentan o valora las cosas que hace bien. En cambio, quienes no sienten amor propio se atacan, se hunden en las adversidades y buscan el error en las cosas que hacen bien.

 

 

 

Largo historial de relaciones fallidas

 

 

 

Los codependientes suelen tener una relación detrás de otra porque no pueden soportar la soledad. Apenas terminada una relación buscan reemplazarla con otra, incluso al mismo tiempo que pueden estar intentando reparar la anterior.  La consecuencia es una sucesión de relaciones para evitar encontrase solos.

 

 

 

No siempre es fácil detectar si estamos frente a una persona que tiene este problema, y menos reconocer si somos nosotros quienes lo padecemos. A la menor duda, es necesario recurrir a un profesional para comenzar un tratamiento que nos permita mantener relaciones afectivas sanas, ya sea con nuestra pareja o con quienes conformen nuestro entorno personal y laboral.

 

 

UA

Por Confirmado: Oriana Campos

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