Este sencillo aperitivo puede ser un bonito detalle para comenzar una velada romántica. Además, al dar el primer bocado a estos delicados hojaldres corazón fundido para San Valentín, el relleno de jamón y queso os inundará con su delicioso sabor.
La idea es hacer unos hojaldres con forma de corazón que sirvan como aperitivo al iniciar la velada y no os costará mucho hacerlos, en especial si contáis con un cortapastas con la forma adecuada. Ya veréis cómo le gustan.
Ingredientes para 4 corazones
8 obleas de empanadillas,
2 lonjas de jamón
2 lonjas de queso para sandwich
Para acompañar: Compota de manzana (manzana reineta, 2 cucharadas de azúcar y 4 cucharadas de agua)
Preparación:
Con ayuda de un molde para cortar galletas o pastas con forma de corazón, cortamos las lonchas de jamón de York y de queso, calculando que para hojaldre, necesitaremos dos lonchas de queso y una de jamón. Procurad dar los cortes aprovechando las lonchas para que no os quede mucho desperdicio, aunque los recortes podéis usarlos para hacer sandwiches u otras recetas.
Aunque podéis hacer esta receta con masa de hojaldre, resulta muy cómodo hacerlo con obleas de empanadilla. Sobre cada círculo colocamos las lonchas de jamón y queso que queramos, para formar el relleno y con cuidado cubrimos con otra oblea de empanadilla u otro círculo de hojaldre. Después,apretamos con los dedos remarcando la forma del corazón, a la vez que sellamos la empanadilla.
Cortamos con un cuchillo las empanadillas, dejando aproximadamente un borde de más o menos medio centímetro. Con los trozos sobrantes, podéis amasar todos juntos nuevamente y aprovechar para hacer nueva masa o usar en otras recetas con hojaldre.
Con cuidado, hacemos el repulgue cerrando dando pellizcos la masa y plegando cada uno sobre sí mismo de forma correlativa, para que quede una especie de cierre trenzado. Colocamos los corazones sobre un silpat o una hoja de papel de hornear y los barnizamos con huevo batido.
Horneamos a 190º durante unos diez minutos, hasta que los corazones se hinchen y tengan un bonito color dorado. Los servimos una vez se hayan templado para que el queso siga fundido pero que no queme a nuestra pareja. Una conversación adecuada y seguro que podréis decir que la cena empezó con buen pie.
Fuente: Directo al Paladar