De Blancanieves a Rapunzel

De Blancanieves a Rapunzel

Las ancianas de hoy en día suelen decir: «En mis tiempos las cosas no eran así». Utilizan esa frase para marcar diferencias culturales o sociales. Ahí fácilmente entraría también el dicho: «Las princesas antes no eran así». Y es que con los años las heroínas de Disney han evolucionado. Por ejemplo, de Blancanieves (quien nació en los años 30) a Rapunzel (2010) hay un trecho muy grande. Ellas -y otras- han dejado huellas en niñas y jóvenes de todos los tiempos. Así lo explica la mexicana Doly Mallet en su libro Mordiendo manzanas y besando sapos. «Todas tenemos algo de ellas».

 

La autora se ha ocupado de rastrear y analiza década por década. Comenta que a través de sus películas, la compañía Walt Disney ha presentado modelos femeninos y angelicales en la mayor parte de los casos. «Ellas son felices y completas tras dar con su hombre y convertir el tradicional castillo en el hogar, dulce hogar». Según ella, los príncipes de Blancanieves y Cenicienta no tenían ni nombre. «El objetivo era casarse, no importaba con quién».

 

Señala: «La influencia del cine camina en las dos direcciones: las mujeres de Disney -y de otro tipo de películas- marcaban a las jóvenes, mientras que estas a su vez proporcionaban pistas a los creadores cinematográficos para dar con el modelo imperante».

 

Año tras año

Ariel llegó a finales de los 80. Mallet escribe en su libro que ella representa «la revolución sexual» y cuenta con el primer príncipe «feminista», pues se trata de «una pareja que trabaja en equipo y a la que no le importa ser rescatada». Luego, en los 90, llegaron Jasmín (de Aladdin) y Bella (de La Bella y la Bestia). Esta última se enamora de alguien no convencional y la primera decide pasar por alto las reglas y contrae matrimonio con un plebeyo.

 

Más recientemente, los roles «tradicionales» para príncipe y princesa no están tan claros. En Enredados, Rapunzel es quien le enseña a su amor cómo usar un arma letal (la sartén). «Y si se analiza de cerca a la protagonista de Brave (Mérida), se llega a la conclusión de que es el tipo de mujer independiente, quien no necesita un hombre para sentirse realizada». La escritora, sin embargo, está segura de que aún en estos tiempo quedan muchas Blancanieves, pero que también existen las damas valientes y desenredadas.

 

Ellas

Blancanieves: Es pasiva, dependiente y sumisa. Necesita que el príncipe la rescate de un hechizo. Lo único que sabe hacer son tareas domésticas.

 

Cenicienta: También es feliz haciendo los quehaceres del hogar. Si bien asume un papel de víctima, no es del todo sumisa. Es ejemplo del sueño americano: de sirvienta a princesa.

 

Aurora: Limpia la casa, canta, baila y duerme. Su príncipe es el primero de Disney en tener un nombre (Felipe) y es quien determina abiertamente el futuro de Aurora.

 

Ariel: Es la primera en no hacer tareas domésticas. Marca un antes y un después en las cintas de Disney. Es transgresora y totalmente desobediente, aunque divertida y aventurera.

 

Bella: Es muy feminista (tal vez porque la escritora es mujer). Odia al macho alfa del pueblo y no desea casarse, al menos al principio. En este caso ella ayuda al príncipe.

 

Jasmín: Es la primera princesa en usar pantalones y en algunas ocasiones muestra habilidades atléticas. Se casa con un plebeyo -más bien ladrón-, algo que no se repite hasta Enredados.

 

Pocahontas: Es la heroína de Disney con mayor atractivo sexual. Muestra habilidades diplomáticas al tratar de evitar una guerra. No se va con su príncipe, prefiere a su pueblo.

 

Tiana: Es la única en la lista que alcanza su sueño (abrir un restaurante) gracias a su propio esfuerzo. Al igual que Bella, no experimenta el amor a primera vista y también rompe un hechizo.

 

Rapunzel: Es osada, arriesgada. No habla con animales, sino que demuestra inteligencia y creatividad. Tiene talento artístico para la pintura y lucha por conseguir su origen.

 

Fuente: La Verdad

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