Un adolescente lo atacó en el estacionamiento del hotel Altavista en el que se alojaría. Llegó procedente de Carúpano
Esteban López, de 39 años de edad, dueño de la distribuidora de pescado Doradomar, en Carúpano, estado Sucre, fue ultimado de dos tiros en la cabeza y uno en el brazo, el martes a la 1:00 pm, en el estacionamiento del hotel Altaista, en Catia.
López, padre de mellizos de 7 años de edad y de una niña de 11 años de edad, solía venir a Caracas en taxi a cobrar el pescado que vendía a negocios del oeste de la ciudad. El martes llegó al sitio de hospedaje y sacaba las maletas del auto cuando fue sorprendido por un adolescente. Al ver la intención del muchacho, López corrió y el joven le disparó, quien logró quitarle el celular al comerciante, marca Samsung cuya pila cayó en el piso.
Una comisión de la PNB, que está en la avenida Sucre de Catia, llevó a López al hospital Pérez Carreño donde falleció. Un funcionario policial fue quien informó del suceso a la esposa de la víctima, Maritza Rodríguez, quien llegó a Caracas con familiares. Ella explicó que su marido no solía tener dinero efectivo porque casi toda la clientela pagaba con cheques.
Manifestó que aunque en el sitio del suceso había testigos, nadie intervino. El vigilante del hotel que estaba en la garita se agachó cuando vio lo que ocurría. “Este es otro muerto más, un padre de familia más. Nos tocó a nosotros que es lo más triste. Este es un país de riesgo y tenemos que irnos porque no contamos con un gobierno que nos cuide; hay mucha inseguridad”, expresó Rodríguez en la morgue.
Ella recordó que cada vez que su esposo venía a Caracas le recomendaba que se cuidara por la inseguridad y él, como buen oriental, le respondía que no se dejaría robar. “Se confió en Caracas”, lamentó.
El Nacional