David Haines, el rehén británico de 44 años asesinado por la organización yihadista Estado Islámico (EI), era un ingeniero militar que abandonó la Real Fuerza Aérea (RAF) británica para dedicarse a la cooperación humanitaria.
Haines, nacido en Holderness, en el norte de Inglaterra y criado en Escocia, fue secuestrado en marzo de 2013 junto con su compañero italiano Federiko Motka, liberado más tarde, cuando llevaba pocos días en Siria tratando de dar con un lugar adecuado para instalar un campo de refugiados de la ONG francesa Agencia para la Cooperación Técnica y el Desarrollo (ACTED).
El británico llevaba quince años dedicado a la ayuda humanitaria, desde que abandonó su trabajo en el mantenimiento de aeronaves en el Ejército británico, en el que se alistó a los 17 años.
Durante una misión de la ONU en los Balcanes, Haines decidió darle un nuevo rumbo a su vida.
Se unió primero a la organización humanitaria alemana ASB y colaboró en trabajos de reconstrucción de la Croacia de posguerra, y más tarde colaboró con otras ONG.
En abril de 2011, se unió a Handicap International como responsable de su misión en Libia, dedicada a limpiar campos de minas y colaborar con la educación sobre los peligros de esos explosivos.
Un año después, se desplazó a Sudán del Sur para trabajar con Nonviolent Peaceforce, una organización comprometida con poner en marcha iniciativas pacíficas en ambientes en los que reina la violencia.
Fue en marzo de 2013 cuando se decidió a volver a una zona en conflicto para colaborar con ACTED en Siria, donde fue secuestrado poco después de su llegada.
Cuando su identidad se hizo pública, la organización divulgó un comunicado en el que se mostraba «profundamente consternada» por las imágenes que habían difundido sus captores.
«David ha trabajado en labores humanitarias desde 1999, ayudando a víctimas de conflictos en los Balcanes, África y Oriente Medio. Cuando fue secuestrado, estaba en Siria como parte de los esfuerzos de ACTED para apoyar a decenas de miles de personas afectadas por la crisis», sostuvo la organización.
Haines estaba casado desde 2010 con su segunda mujer, Dragana, de origen croata, a quien conoció durante sus trabajos en la zona y con la que tenía una hija de cuatro años.
Su otra hija, adolescente, vive en Escocia y es fruto de su primer matrimonio, con Louise, su amor de la infancia.
«Siempre le veía por aquí con su mujer y su hija en un ‘buggy’. Siempre saludaba. Todos pensaban que era un buen hombre», dijo uno de sus vecinos a la cadena británica BBC. El hermano de David, Mike Haines, divulgó hoy un comunicado a través del Foreign Office en el que condenaba la muerte «a sangre fría» del cooperante.
«Ayudó a cualquiera que lo necesitara, sin importar su raza, credo o religión. En ese tiempo (en los Balcanes), David comenzó a decidir que se quería dedicar al trabajo humanitario», relata Mike Haines. El cooperante «era entusiasta y se sentía vivo con su labor humanitaria. Su alegría y anticipación por el trabajo que fue a hacer a Siria es para mí y mi familia el elemento más importante en todo este triste asunto», afirmó el hermano de Haines.
Fuente: Agencia