La esperanza en una posible recuperación de las empresas básicas de Guayana está perdida. Tanto si el chavismo continúa en el poder, como si se produce una transición a un modelo diferente, la privatización parece ser el único destino posible para un conglomerado industrial que fue una vez el reflejo de lo que pudo ser uno de los mayores polos industriales de América Latina.
Fuentes del sector sindical señalaron a Banca y Negocios que se espera que este año entren inversionistas extranjeros en las empresas de Guayana, lo que ocasiona mucha preocupación entre los trabajadores, porque no se sabe cómo encajarán en lo que se perfila como un nuevo modelo de concesión.
Los trabajadores consultados creen que inversionistas chinos pueden ser los más interesados en ver lo que se puede levantar. Tal es el grado de destrucción y el rezago tecnológico que es muy difícil recuperar las plantas para retornarlas a las infraestructuras que alguna vez fueron.
Profesionales de la región sostienen que empresas como Sidor, Alcasa y Ferrominera del Orinoco solo podrían ser recuperadas en un 40% o 50%, a costos de inversión milmillonarios.
– Un derrumbe histórico –
A partir de 2009, el entonces presidente Hugo Chávez inició la aplicación de un plan denominado «Guayana Socialista» que, básicamente, supuso un cambio cultural para que, en teoría, la gestión del conglomerado industrial se alineara con los valores de la revolución. Los resultados fueron una mayor burocratización de las empresas, el desvío de sus objetivos productivos, la politización de la gestión y, como resultado de los crecientes problemas financieros para apalancar un gasto público hipertrofiado, un progresivo abandono de las políticas de mantenimiento.
En la cuenta de Twitter @Watcher, donde se difunden regularmente datos sobre la situación de las empresas de la Corporación Venezolana de Guayana, se mostró el balance más reciente del conglomerado industrial.
* La producción de acero cayó 99,5% entre 2007 y 2020, desde 5.505 a 28 toneladas. De acuerdo con la información citada, la salida de este producto en Venezuela es inferior a la de Cuba.
* El caso de Sidor -ahora Siderúrgica «Alfredo Maneiro»- es sintomático. Antes de la reestatización en 2008, la empresa produjo 4,8 millones de toneladas de acero líquido en 2007, su último ejercicio en manos privadas. La caída fue inmediata en el primer año de estatización a 3,6 millones. En 2020, la salida apenas llegó a 16.000 toneladas. En resumen, desde su estatización Sidor produce 99,6% menos acero líquido.
* La Ferrominera del Orinoco registró una producción de solo 3,7 millones de toneladas de mineral de hierro en 2019, su registro más reciente, una caída de 83,5% en comparación con su máximo de 22,5 millones en 2006. Desde 2011, la tendencia a la baja de la producción ha sido constante.
* La situación de Alcasa, la procesadora de aluminio de la Corporación Venezolana de Guayana, es la más grave del conglomerado. Según las cifras más recientes conocidas de la empresa, la organización no sacó una sola tonelada del producto en 2019 y 2020, pues ha estado completamente paralizada, sin recursos ni mantenimiento. En 2005 llegó a producir 187.000 toneladas de aluminio. En 2009 sacó 135.000 toneladas y de ahí en adelante comenzó el declive.
* La producción de bauxita de Bauxilum sigue una larga línea descendente, al pasar de un máximo de 5.920.000 toneladas en 2006 hasta solo 275.000 al cierre de 2020, el descenso en 14 años ha sido de 95,4%..
– La vía de la Ley Antibloqueo –
Las fuentes sindicales que hablaron con Banca y Negocios dijeron que no observan interés real en recuperar el parque industrial de Guayana, pues el esfuerzo de las autoridades se concentra en la producción aurífera. El oro es una fuente relativamente rápida de fondos, mientras recuperar el conglomerado de la CVG parece una tarea imposible en el contexto económico actual y bajo el peso de las sanciones de Estados Unidos.
El gobierno tiene como herramienta la Ley Antibloqueo, una herramienta que permite a grupos cercanos al gobierno asumir activos públicos con un riesgo mínimo de verse expuestos a sanciones internacionales. Eso espera el sector laboral, aunque no hay confianza en la sostenibilidad de la política oficial.
– Las inversiones –
El Plan País, diseñado por la oposición, presentó una propuesta para el desarrollo integral de la región, que incluye un componente dirigido a las empresas de la CVG. Para que se tenga una idea del esfuerzo financiero que puede significar rescatar estos activos tan valiosos para el país, solo en el primer año de saneamiento y recuperación de la Ferrominera Orinoco habría que invertir 102 millones de dólares, sin contar 5,6 millones por concepto de deudas con proveedores.
Solo para reactivar las plantas de reducción directa de mineral de hierro de Sidor, Briquetas del Orinoco (antes Orinoco Iron) y Briqven (Matesi) harían falta otros 501 millones de dólares.
El plan contemplaba, en el caso de Sidor, «alcanzar una producción anual, de: 24 millones de toneladas de mineral de hierro, 11,8 millones de toneladas de pellas, 8,9 millones de toneladas entre hierro esponja y briquetas, 4,8 millones de toneladas de acero líquido y 4,5 millones de toneladas de laminados semiterminados para la Industria Metalmecánica, y, en su conjunto, ingresos en el orden de 5.300 millones de dólares por año». No se detallaba el capital necesario para lograr estos objetivos.
Obviamente, todos estos cálculos deben aser actualizados.
La fuerza laboral que queda en el conglomerado industrial, hoy con severas dificultades y operando de manera muy parcial, señala que la desesperanza esw cada vez mayor. Después de muchos años de experimentos, ahora hace falta una estrategia seria, sólida, que parta de un acuerdo político amplio, para comenzar un largo camino para recuperar «lo que se pueda» de las empresas de Guayana.
Fuente: Banca y Negocios
Por: Maria Laura Espinoza
Twitter: @i_am_LauEz14