Dante Rivas: «Se equivocan quienes creen que este cargo es de maqueta»

Dante Rivas: «Se equivocan quienes creen que este cargo es de maqueta»

El ministro para el Ambiente, Dante Rivas, dice sentirse incrédulo cuando en la calle las personas le comentan que lo extrañan por la gestión que lideró en el Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime). En ese cargo se ganó la confianza de la alta dirigencia chavista y de gran parte de los ciudadanos.

 

Tras pasar ocho meses al frente del Instituto Nacional de Transporte Terrestre (INTT) ahora lleva las riendas de la cartera ambiental, reto que lo «mantiene ocupado las 24 horas del día». Rivas, quien es Geógrafo de profesión, se mostró sorprendido por las reacciones que generó la decisión del presidente Nicolás Maduro de colocarlo en este despacho.

 

«Muchas personas creen que este ministerio es fácil, requiere de mucha planificación porque es responsable de los espacios naturales, que el agua potable llegue a todos por igual, que se recojan los desechos y de crear una cultura ambiental en la comunidad. Se equivocan los que creen que es un puesto de maqueta, es de acción y planificación», enfatizó.

 

Con el Ecosocialismo aspira que en el 2019 el 100% de los venezolanos reciba el suministro de agua sin interrupciones, sustituir todos de los vertederos y rellenos sanitarios por plantas de selección de empaques biodegradables y mejorar la calidad de vida tanto en la ciudad como en los sectores rurales.

 

-Luego de su gestión en el Saime que se puede esperar de usted en Minambiente?

-Eficiencia y gerencia en el uso de los recursos naturales. Sembrar una cultura ambiental en el seno de la comunidad, hacer que amen y defiendan el territorio que es para todos por igual. También aspiro cambiar el patrón de consumo de los venezolanos, que seamos unos ciudadanos más biodegradables, que volvamos al mercado de los empaques retornables. Vamos a trabajar una nueva cultura ecológica llamada Ecosocialismo, que es un concepto ambientalista al 100%.

 

-¿Cómo resume los primeros 100 días de su gestión y del Gobierno en la Calle?

-El presidente Maduro nos está dando la posibilidad de salir de cuatro paredes y del aire acondicionado para palpar la realidad de la comunidad. En más de tres meses firmamos 377 compromisos ambientales por ejecutar. Reactivamos las mesas técnicas de agua, levantamos el mapa de necesidades y desde ya estamos trabajando para que en el 2019 el 100% de los venezolanos reciban agua potable sin interrupciones, hoy en día lo hace el 96% de la población y el restante 4% es el más difícil por su ubicación geográfica. El tema de la basura es el más crónico por los niveles de consumo actual de la población.

 

Es vital modificar el patrón de consumo del pueblo, que retomemos al empaque retornable y eliminemos el desechable. Una de las preocupaciones es que actualmente en el país no tenemos tan solo dos rellenos sanitarios en buen estado. El proyecto del Ecosocialismo aspira eliminar por completo los rellenos y los vertederos e instalar plantas de transferencias y reciclaje, y así aprovechar todos los residuos. En Quebec -Canadá- se logró y hacía allá vamos con la ayuda de la conciencia ciudadana.

 

-De esos recorridos cuál es la región con peor panorama ambiental?

-Sin duda alguna Miranda, la parroquia Sucre es un caos por donde la mires. Sólo en el sector La Línea tuvimos tres semanas recolectando los desechos porque la autoridad no lo hace. En plena comunidad de Petare funciona una planta de transferencia con un uso y ubicación incorrecta y eso debe cambiar.

 

-Diariamente se observan protestas por falta de agua potable, recolección de basura, cloacas que impiden el libre tránsito. ¿Por qué en más de 14 años de Gobierno chavista no han podido mejorar esos servicios públicos?

-Debemos recordar que Nicolás Maduro tiene menos de cuatro meses en la Presidencia, este es un proyecto nuevo que se reinventa y donde nada esta escrito. En 14 años se llevó el acceso al agua desde 64 al 96% por ciento. El 90% de las plantas y embalses trabajan sin interrupciones, se profundizó la Misión Árbol y ahora vamos a sembrar 20 millones de plantas en 24 meses, además se rescataron espacios vitales para los ciudadanos. Poco a poco hemos convertido las grandes ciudades en polos ecológicos. Queda mucho por hacer es verdad, antes ni siquiera los ciudadanos sabían donde queda el ministerio. A partir de esta gestión vamos a renovar todo. No ha sido fácil por la herencia de descuido que nos dejó la Cuarta República.

 

-Un vía crucis dicen vivir las familias alrededor del lago de Valencia. ¿Se maneja alguna solución definitiva?

-El lago de Valencia está controlado por los momentos. La Gobernación de Aragua y Pdvsa están construyendo un dique alterno que permitirá contener el agua cuando su nivel aumente por las lluvias, esa es una solución momentánea porque lo definitivo es trasvasar el agua del lago al mar y así controlar los niveles. Apenas llegué al Ministerio designamos un equipo de especialistas para atender la problemática de planificación que se dio allí. En el pasado se permitió irresponsablemente la construcción de urbanismos donde sus habitantes vieron peligrar sus vidas. Muchas viviendas han sido demolidas para que no se habiten de nuevo y aspiramos en los próximos meses despejar todas las zonas en riesgo.

 

-El Movimiento por la Calidad del Agua en Carabobo denunció que más de tres millones de personas ingieren agua con aluminio en el centro del país. ¿Quién se responzabiliza?

-El principal problema fue una anarquía que se vivió en la Hidrológica del Centro (Hidrocento) donde se colocaron a las personas menos capacitadas y no alineadas con la necesidad de purificar el agua, violaron el plan de mejoras de las plantas potabilizadoras, se manejo muy mal la empresa y allí están las consecuencias. Para la próxima semana asume una nueva directiva que revisará todo el funcionamiento hídrico en esa región. Cómo entendemos que las otras empresas públicas hidrológicas funcionan y esa no. Tenemos el caso de Aguas de Monagas que está bajo responsabilidad de la Gobernación y cumple con los lineamientos sanitarios y técnicos. En toda la geografía nacional a pesar de los inconvenientes, sus habitantes pueden estar seguro que pueden beber agua desde el chorro con total garantía. Por décadas empresas privadas de agua ejecutaron campañas para hacer ver que el agua pública es dañina y ellos vender más, eso es falso y condenable, como también lo es afirmar que tres millones de personas consumen agua contaminada.

 

-Jacqueline Farías prometió que para el año 2006 los caraqueños se bañarían en el río Guaire. ¿Retomará la promesa gubernamental?

-Debemos corregir el anuncio y la aspiración de bañarse en el Guaire. Ni siquiera convirtiendo sus aguas en cristalinas podemos tener garantía que es saludable bañarse allí. Muchas aguas servidas desembocan a lo largo y ancho de su trayecto, lo que nos limita prometerle eso a los caraqueños. Estamos construyendo colectores y canales marginales a los laterales que recogen las aguas y la llevan a una planta de tratamiento para aprovecharla hasta en el campo agrícola. Los ciudadanos arrojan basura, trapos viejos, restos de comida, es anacrónico. Hemos vistos casos de industrias que botan sus aceites irresponsablemente, ni con un vigilante ambiental cada 50 metros podemos controlarlo. Prometemos mejorarlo considerablemente y darle un mejor uso, pero afirmar que se podrán bañar con libertad sanitaria es irresponsable.

 

-¿Piensa dar el salto político y aspirar cargos de elección popular?

-Es que yo soy político por naturaleza. Fui líder estudiantil durante dos lapsos consecutivos en la Universidad de Los Andes (ULA). Cuando me llamaron para ir reestructurar el Saime yo no lo esperaba y se dio, confiaron en mí y eso lo agradezco. Fueron tres años sin un día de descanso para mí y mí equipo de trabajo, se acabaron los viajes a la playa, los paseos, nada de eso. Tuvimos que acabar con el concepto que todo lo que tenía que ver con Onidex era podrido y corrupto, y a su vez garantizar que los usuarios consiguieran con nosotros lo que le daba el gestor y sus trampas. Luego fui al Instituto de Tránsito y en ocho meses eliminamos el sobre que era un foco de corrupción latente, además mejoramos las gestiones de los ciudadanos en las oficinas a nivel nacional. Estoy abierto a lo que decida el pueblo, el partido y la revolución. Si es la voluntad del pueblo que debo seguir ascendiendo para ayudar, a donde me llamen voy.

 

Fuente: EU

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