El esperado encuentro cara a cara entre régimen de Siria y oposición tendrá que esperar e incluso podría no llegar a producirse. El enviado especial de la ONU a Siria, Lajdar Brahimi, ha decidido finalmente reunirse por separado con ambas delegaciones para intentar aclarar los términos de un proceso que se presenta “muy complicado”, tal y como repiten los portavoces del organismo internacional como Alessandra Velluci, encargada de anunciar el retraso de un cara a cara para el que no se atrevió a poner fecha porque “no sabemos lo que pasará los próximos días”.
La incertidumbre crece minuto a minuto y el ministro de Exteriores sirio, Wallid al Mouallem, que encabeza la delegación del Gobierno, ha asegurado poco antes de reunirse con Brahimi que “si para mañana no hay una sesión seria volveremos a Damasco”, según la televisión siria.
Las palabras de Mouallem se producen pocas horas después de conocerse que la oposición habría pedido garantías por escrito de que el régimen está dispuesto a aceptar la formación de un gobierno de transición antes de sentarse en la mesa de negociación, según fuentes de la oposición citadas por Reuters.
Una condición previa que el régimen no está dispuesto a aceptar porque supondría la salida de Bashar Al Assad, una línea roja para Damasco en un proceso que el régimen quiere centrar en la “lucha contra el terrorismo”. La tensión es máxima entre ambas delegaciones como se pudo comprobar en los discursos ofrecidos en la sesión inaugural del proceso del miércoles en Montreux.
Fuente:abc
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