Los aproximadamente 10.000 carros que por contratación colectiva pueden comprar los trabajadores de la industria a precio de fábrica, han tenido cierta incidencia en el mercado tanto primario como secundario, una cuestión circunstancial debida a la caída de oferta de autos que obedece a múltiples factores.
En el caso del mercado de autos nuevos, esta cuota reclamada por los sindicatos significa una reducción de las unidades que las ensambladoras pueden destinar a los concesionarios.
Sin embargo, es en el mercado de segunda mano donde se percibe el mayor efecto, pues según fuentes del sector laboral ensamblador, los carros adquiridos por los trabajadores son comprados por personas que sacan el mayor provecho de la escasez para venderlos como «usados» con sobreprecios que superan hasta el 100% el precio sugerido.
Fuente: ÚN