Es imprescindible cuidar nuestra piel y sobre todo mantenerla siempre hidratada. Después de meses de bajas temperaturas, nuestra piel ha estado sometida a agresiones externas como el frío, el viento o la contaminación, que afectan a la calidad de la piel. Estas causas conllevan un cuidado y una hidratación extra ante la llegada del sol y el verano. Atender a las necesidades de nuestra piel debe ser una práctica fundamental en tu rutina diaria de belleza.
Una buena crema hidratante aplicada diariamente, es el mejor secreto para mantener tu piel joven más tiempo. Con este hábito se conseguirá, sin duda, proteger y nutrir el rostro de las agresiones internas y externas y se disfrutará de una piel luminosa, uniforme y definida. Pero, ¿qué debes hacer para aportar un plus de cuidado específico a tu piel? Te contamos por qué es tan importante la hidratación de cutis, y como preparar la piel para recibir los tratamientos adecuados.
¿Qué le ocurre a nuestra piel si no la hidratamos?
Todos los tipos de piel se deshidratan, es decir, pierden la capacidad de retener agua, lo que la vuelve más frágil, áspera al tacto, irritable y poco elástica. Una de las maneras para reconocer si tu piel está deshidratada es detectar las asperezas que se forman en las zonas a tratar. Esas son las zonas que se encuentran desprotegidas y que, por tanto, necesitan ser tratadas.
Si es seca, observarás tirantez y una descamación fina y difusa en la zona de los pómulos. Si es grasa, la descamación es más notoria y se sitúa en la zona donde crecen las cejas y en las alas de la nariz. Además, con el paso de los años se pierde colágeno, una proteína esencial presente en el cuerpo indispensable para la elasticidad de los tejidos y su regeneración.
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