Hay noticias que golpean fuertemente a los venezolanos de bien, esos que se preocupan por el prójimo, que desean un país mejor. El Instituto de Medicina Legal de Colombia informó hace unos días que aproximadamente 244 migrantes se suicidaron entre 2017 y 2022. Claro, esto a Miraflores ni siquiera le llama la atención. Tampoco los que mueren cruzando el Darién o ahogados en el río Bravo.
Pero hay que decirlo sin disfrazar la verdad, porque el gobierno chavista ha insistido en que el éxodo de venezolanos es un invento “de película”. Incluso hay diputados que han llegado a afirmar que en la selva del Darién hay cámaras y luces para filmar el paso de personas. Lo que se esconde detrás de este tipo de declaraciones o de la indiferencia ante esta realidad es una profunda falta de empatía rayana en la psicopatía.
Y se encargaron de acusar al expresidente Iván Duque de armar un escándalo para pedir dinero y ayudas de los países desarrollados con lo que llaman ellos la “excusa” de la recepción de miles de venezolanos. De esos mismos que han cruzado la frontera y se han quedado en el país vecino, muchos decidieron quitarse la vida; no es fácil dejar el hogar para tratar de sobrevivir en un lugar en donde no solo deben lidiar con la soledad sino también con ataques xenófobos. No se puede medir el nivel de desesperación de estas personas y tampoco se puede juzgar, pero si el Instituto de Medicina Legal lo dice, es cierto.
Por eso Duque insistía en que hay que estar preparados para ayudarlos y hay que agradecerle todo el trabajo que hizo para tratar de insertar a los migrantes venezolanos a la sociedad colombiana. Pero si los de Miraflores cantaban victoria con la salida del presidente que ellos consideraban enemigo, ¿qué dirán de las palabras del embajador de Gustavo Petro en Bruselas, que acaba de pedir ayuda de la UE para organizar otra conferencia de donantes para socorrer a los que huyen del gobierno de Maduro?
“Colombia mantiene su interés en contar con el apoyo político y financiero de la UE para la realización de una nueva conferencia de donantes en 2022, así como para el seguimiento de las conferencias pasadas”, destacó el embajador Felipe García. El diplomático reconoció que Europa vive una crisis migratoria por la guerra en Ucrania, pero afirmó que la crisis que atraviesa América Latina producto de los que huyen de Venezuela “requiere de constante atención y debería ser priorizada”.
Insistió: “Para avanzar en la integración socioeconómica de los venezolanos hay que superar la perspectiva de asistencia humanitaria y de emergencia. Pese a los esfuerzos de visibilización, la situación de vulnerabilidad permanece alta, especialmente en las zonas de frontera”. Entonces ¿los chavistas le van a reclamar a Petro que trate de reunir la mayor cantidad de ayuda posible para los desplazados por la crisis que ellos han creado? ¿Van a insistir en que Petro, como Duque, lo que busca es el dinero?
Se les cayó el discurso y van a tener que construir algo nuevo con sus asesores cubanos, porque es seguro que para la reunión que están preparando entre los dos presidentes este será uno de los temas más importantes. Más de 2 millones de venezolanos, entre niños, adultos y ancianos, sin trabajo, con enfermedades, representan una carga para cualquier país que no tenga fondos para atenderlos como se debe. Es una cuestión de humanidad.
Editorial de El Nacional