A pesar de la apatía que ha caracterizado el actual debate electoral, esta semana empieza a calentarse la política. La paz, el tema de fondo.
A 42 días de las elecciones legislativas y cuatro meses de las presidenciales, la apatía ciudadana es el factor predominante. No hay sorpresas ni liderazgos marcados. Reina una campaña sin grandes debates, como si los electores continuaran a la expectativa de que alguien saltará a la arena política a plantear un ideario distinto a la tediosa polarización alrededor de la guerra y la paz. De alguna manera, las encuestas lo señalan cuando el voto en blanco impone tendencia. Los entendidos creen que una súbita tercería podría cambiar el rumbo.
A pesar de que el Congreso elegido el próximo 9 de marzo se perfila crucial si toma forma definitiva el proceso de paz entre el Estado y las Farc, de acuerdo con los cálculos electorales, salvo lo que alcance a ganar el Centro Democrático que lidera el expresidente Álvaro Uribe, no se esperan mayores cambios. De repente, el nuevo umbral va a causar ausencias en materia de representación parlamentaria, pero entre las fuerzas predominantes no hay alarmas a la vista. Eso sí, las cuentas pueden cambiar de cara a las justas presidenciales.
Los liberales están jugados por la reelección del presidente Juan Manuel Santos. El Partido de la U, obviamente, va en la misma línea. Cambio Radical sigue por idéntica senda, pero a la expectativa de que su jefe mayor, Germán Vargas Lleras, vaya más allá de su acción política desde la Fundación Buen Gobierno. La Alianza Verde baraja sus cartas en busca de candidato propio. El Polo continúa firme con Clara López y la Unión Patriótica con Aída Avella. Y el Centro Democrático de Uribe busca que su candidato Óscar Iván Zuluaga por fin despegue.
Un contexto de evoluciones predecibles, al que se suma hoy la convención nacional del Partido Conservador. Una cumbre política que pocas veces había despertado tantas expectativas. La disyuntiva se centra en establecer si la colectividad se la juega por una candidatura propia a la Presidencia o si opta por una coalición con otro movimiento político. De prosperar el primer escenario, la idea es escoger entre Marta Lucía Ramírez, Pablo Victoria y Álvaro Leyva. De ser acogida la segunda fórmula, es apoyar la reelección de Juan Manuel Santos o aliarse con el uribismo.
Sin embargo, esta decisión llega antecedida por dos hechos cuya incidencia aún no es clara. La súbita reunión, esta semana, entre los expresidentes Andrés Pastrana y Álvaro Uribe, y la posterior declaración del exministro Álvaro Leyva autoproclamándose como el gestor de dicho encuentro y candidato de esa posible alianza. De paso, Leyva anunció que hará presencia en la convención conservadora para revelar muchos hechos inéditos de lo que hoy ocurre en los diálogos de paz que adelanta el gobierno Santos con las Farc en La Habana.
Estas dos circunstancias no sólo han generado todo tipo de especulaciones en los círculos políticos, sino preocupación en el Gobierno, que no ve con buenos ojos que su principal opositor, Álvaro Uribe, tenga acercamientos con Pastrana, otrora cercano a Santos y hoy en la otra orilla por diferencias frente al proceso de paz y la supuesta cercanía del jefe de Estado con el expresidente Ernesto Samper. En cuanto a Leyva, su protagonismo en los temas de paz hace prever que cualquier postura suya genera efectos.
A la convención conservadora asistirán más de 4.500 delegados, entre congresistas, concejales, diputados y exfuncionarios de alto nivel. Su decisión es crucial, pues de aprobarse la adhesión a la reelección de Santos, éste daría un paso clave para pensar en su objetivo principal: lograr la victoria el 25 de mayo en primera vuelta. El propósito de sus opositores es precisamente forzar una segunda vuelta, donde las alianzas pueden inclinar la balanza hacia otro rumbo. Es en ese escenario donde una tercería podría jugar con opciones reales.
Hoy, cuando se sepa el norte inmediato del Partido Conservador, podrá afirmarse que comenzó en firme la campaña presidencial. En adelante, cada candidato tendrá que inscribir su nombre junto con su compañero de fórmula vicepresidencial. En esa decisión también juegan las alianzas políticas. Óscar Iván Zuluaga será el primero en hacerlo mañana, y la expectativa es grande por saber quién será el elegido y si esa determinación va a pesar en la hasta ahora alicaída candidatura del Centro Democrático, que no repunta en las encuestas.
En síntesis, esta semana empieza la carrera por la Presidencia y la recta final por el Congreso. El tema de fondo será sin duda el proceso de paz de La Habana, bandera reeleccionista de Santos. Sin embargo, ya se advierte el tono de los debates con las acusaciones del uribismo por la supuesta concesión de auxilios parlamentarios por parte del Gobierno a cambio de apoyos. Por ahora reina una calma chicha y Santos parece tener el camino despejado. No obstante, faltan cuatro meses donde todo puede pasar, incluso que salga un ‘gallo tapado’.
Fuente: El Espectador
Imagen: El expresidente Álvaro Uribe y el presidente Juan Manuel Santos, en las épocas apacibles cuando este último arrancaba su mandato. Hoy son agua y aceite en la lucha por el poder. / Presidencia