¿Sabías que el sueño mejora la memoria, alarga la vida, frena la inflamación que pueda producirse en distintas partes del cuerpo y ayuda a mantener el peso? ¡Te contamos por qué!
El carácter beneficioso y reparador del sueño es de sobra sabido, más que nada por pura experiencia. Sin embargo, el descanso tiene también otros beneficios para la salud, que también pueden influir a tu estado intelectual y físico.
1. Mejora la memoria. La mente está muy ocupada mientras dormimos. Durante el sueño, consolidamos lo que hemos aprendido en el día. Si estás intentando aprender algo nuevo, ya sea una disciplina física o intelectual, tendrás que practicar mucho para conseguir mejorar y automatizar los conocimientos. Pero también necesitarás dormir. Algo pasa después de dormir que los resultados mejoran de un modo importante, ya sea en una clase de tenis o en una de Inglés.
2. Alarga la vida. Dormir poco o dormir demasiado se ha asociado a una vida más corta en diferentes estudios publicados, aunque no se sabe a ciencia cierta por qué. Un estudio publicado en 2010 con mujeres de entre 50 y 79 años mostró que la mortalidad aumentaba entre las mujeres que dormían menos de cinco horas o más de siete horas y media cada noche.
3. Frena la inflamación. La inflamación se ha relacionado con la enfermedad cardiovascular, el infarto cerebral, la diabetes, la artritis y el envejecimiento prematuro. Las investigaciones indican que las personas que duermen menos de seis horas diarias tienen un mayor nivel de proteínas inflamatorias en la sangre. Un estudio publicado en 2010 encontró que la proteína reactiva C que se asocia con el riesgo de infarto del miocardio era más alta en estas personas.
4. Ayuda a mantener el peso. Cada vez es más frecuente que las dietas de adelgazamiento incluyan la recomendación de dormir ocho horas diarias. Un investigación realizada en la Universidad de Chicago demostró que los que hacían una dieta y tenían un buen descanso perdían más grasa y más peso, que aquellos que no dormían bien, que además perdían más masa muscular. Además en el estudio los que no solían dormir bien de noche se sentían más hambrientos. “El sueño y el metabolismo están controlados por el mismo sector del cerebro», dijo el doctor Rapoport, autor principal del estudio y agregó: “Cuando duermes hay hormonas que se elevan en la sangre, esas mismas hormonas son las que regulan el apetito”.
Fuente: Mujerhoy