Cuando vemos a una persona con sobrepeso tendemos a quedarnos con la idea superficial de que come demasiado, y por eso engorda. La verdad es que hay gente que tiene problemas de este tipo, y su origen es psicológico, ya que por ejemplo sufren ansiedad o depresión. En estos casos, una simple dieta no puede solucionar el problema.
Un psicólogo puede ayudar a una persona con problemas a la hora de tener una rutina sana para su peso, a perder esos kilos que le sobran. No hay que olvidar que está demostrado que el estrés y las alteraciones emocionales como la ansiedad provocan cambios en la conducta alimentaria.
Para empezar, hay que tener presente que cuando estamos nerviosos, tendemos a comer azúcares y grasas para calmarnos, y son los alimentos que contienen más calorías. Esto sucede porque frenan a corto plazo el efecto del cortisol, la hormona que provoca los síntomas del estrés crónico.
Asimismo, una persona con depresión puede tener la autoestima dañada y refugiarse en la comida y la falta de actividad. Con ello, se engorda aun más, se deprime más, y se produce un círculo vicioso.
En estos casos, un psicólogo puede resultar el puntal perfecto para evitar esto. Por una parte, da la estimulación necesaria para continuar la dieta, y también ayuda a eliminar expectativas poco realistas al inicio de un régimen, como querer perder peso demasiado rápido. A lo largo del tratamiento, el psicólogo realiza educación nutricional, se trabajan áreas como el control del estrés y la ansiedad y se facilitan estrategias para el manejo de los pensamientos negativos. Todo ello con el objetivo de que la persona aprenda a gestionar sus emociones de otra manera y no se dé atracones ni consuma alimentos poco saludables y muy calóricos.
Fuente: Nosotras