La Batalla de Tours se libró entre las fuerzas del Reino Franco, comandadas por el líder español Carlos Martel y un ejército islámico del Imperio Omeya a las órdenes del valí (gobernador) de Al-Ándalus Abderrahman ibn Abdullah, Al Gafiki cerca de la ciudad de Tours, en la actual Francia.
Durante el enfrentamiento, los francos derrotaron el ejército islámico y Al Gafiki resultó muerto.
La Batalla de Tours frenó la expansión islámica hacia el norte desde la Península Ibérica y es considerada por muchos historiadores como un acontecimiento de importancia macrohistórica, al haber impedido la invasión de Europa por parte de los musulmanes y preservado el cristianismo como la fe dominante durante un periodo en el que el Islam sometía los restos de los antiguos imperios romano y persa.
Dada la importancia que los registros árabes de la época dieron a la muerte de Al Gafiki, y a la consiguiente derrota y destrucción de las bases musulmanas en lo que ahora es Francia, es muy probable que la Batalla de Tours tuviera una importancia macrohistórica al frenar la expansión del Islam en Occidente.
Esta derrota fue el último gran esfuerzo de la expansión islámica mientras hubo todavía un califato unido, antes de la caída de la dinastía de los Omeyas (linaje árabe) en el año 750.
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