Jim Brasseur, profesor de dinámica de los fluidos de la Universidad Estatal de Pensilvania, explica en NewScientist la estrategia perfecta para matar a un mosquito.
Pensemos en términos básicos. Cuando pasamos rápidamente la mano por sobre la superficie del agua, esta se mueve en ondas debido al aire transportado por la mano. En el aire ocurre eso: nuestra mano transporta aire que no vemos. Por ello, matar a un mosquito con una sola mano es -además de contrario al sentido común- inefectivo, ya que con este movimiento estamos generando un flujo de aire que hace que el mosquito pueda aprovecharlo para escapar más fácilmente.
Por el contrario, cuando hacemos explotar al mosquito con ambas manos, generamos dos bloques de aire que colisionan entre sí sin permitir el flujo libre del aire, y en los cuales el mosquito queda atrapado sin poder escapar con la facilidad que tiene en caso de que lo intentemos eliminar con una sola mano. Lo mismo ocurre cuando el mosquito está posado contra la pared.
Fuente: Culturizando