A veces, durante las mañanas o los días fríos, se forman nubes que circulan muy cerca del nivel de la superficie terrestre. En algunos casos se trata de niebla y en otros de neblina; dos fenómenos meteorológicos que son similares pero no idénticos. Descubre aquí cuál es la diferencia entre niebla y neblina.
Un origen común: agua y aire condensado
Cuando el aire se condensa en el cielo se forman las nubes. Pero en ocasiones ocurre que el agua se condensa cerca del suelo, provocando los fenómenos que se conocen como niebla o neblina.
La niebla y la neblina suelen formarse de noche, cuando el aire es demasiado frío para sostener toda su humedad. El aire frío provoca la condensación y el agua forma pequeñas gotas en el aire.
La niebla y la neblina, a pesar de ser fenómenos diferentes tienen un mismo origen, se forman en áreas donde hay mucha humedad, como por ejemplo valles de ríos, lagos y puertos.
Si el aire caliente se encuentra con superficies frías, entonces la humedad del mismo se condensa formando esas particulares nubes bajas que tienden a opacar nuestra visión del entorno.
Visibilidad afectada
La principal diferencia entre niebla y neblina radica en la manera en que cada una afecta a la visibilidad.
Por ejemplo, si el fenómeno meteorológico permite una visibilidad de hasta 1 km solamente, se trata de niebla. Pero si el conglomerado de agua y aire condensados permiten ver más allá de un km, entonces estamos hablando de neblina.
Apariencia
Otra diferencia entre la niebla y la neblina es la coloración que adquieren vistas a la distancia.
La niebla, por ejemplo, mantiene una tonalidad blanquecida, mientras que por su parte la neblina adquiere una coloración que varía entre el azulado y el gris ratón.
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