Una niña pequeña vive una experiencia maravillosa tras recibir de regalo de navidad un cascanueces. Un grupo de baile inspirado por las melodías de Tchaikovsky le da vida al cuento infantil de E.T. A. Hoffmann. ¿De qué se trata? ¿Qué lo inspiró? ¿Cómo es la música? Aquí te contamos todo.
¿De dónde salió la historia?
El cascanueces tiene como base un cuento del escritor prusiano Ernst Hoffman -uno de los representantes más importantes del romanticismo alemán- titulado “El cascanueces y el rey de los ratones” (1816), que narra las aventuras de una niña cuyo regalo de navidad cobra vida y debe luchar contra un sinfín de maldades del rey ratón junto a su compañero: El cascanueces.
De la literatura a la danza, ¿quién le dio movimiento al cuento?
Piotr Ilich Tchaikovsky (1840–1893), fue el encargado de transformar la historia de las letras; a un ballet, bajo las órdenes de Ivan Vsevolozhsky, el director del Teatro Municipal de Rusia y una de las figuras políticas y culturales más influyentes de la época.
Iván había quedado tan impresionado con el trabajo de Tchaikovsky en “La bella durmiente” que le encargó que hiciera el más hermoso ballet de todos los tiempos, transformando la literatura de Hoffman de letras a movimiento y melodías.
Tchaikovsky no estaba muy entusiasmado por el encargo, pero cuenta la historia, que uno de sus colegas de la época le dijo que él nunca sería capaz de crear unas melodías que inspiraran al público, este reto hizo que se inspirara y creara un conjunto de canciones que se convirtieron en clásicos del ballet.
El Cascanueces cuenta con 15 melodías diferentes, todas de Tchaikovsky
El trabajo de Thaikovsky es reconocido por la sutileza de sus notas, Harold C. Schonberg uno de los críticos musicales más famosos de Estados Unidos, lo recuerda diciendo: «su música es tan dulce, inagotable y supersensual fuente de melodía, con un toque de neurosis. Tan emotivo como un grito desde una ventana en una noche oscura».
¿Por qué el personaje principal es un cascanueces?
El aspecto elegante y formal de los cascanueces, los transformaron en una de las figuras principales de las épocas navideñas. Cada cultura tiene su propia interpretación del significado de estos muñecos, pero la más expandida es la versión alemana: aseguran que son de buena suerte y traerán prosperidad a los hogares.
E. T Hoffmann se aprovechó de la asociación positiva del público con respecto a estas figuras y creó un personaje lleno de valentía y vitalidad para que fuera el principal de su obra. Su contribución a la literatura, aumentó aún más la popularidad del muñeco, que forma parte de los objetos más coleccionados en todo el mundo.
Dentro de la presentación, uno de los bailes y canciones que más destacan es «la danza del hada del azúcar» uno de los personajes principales en la obra.