La aeronáutica se ha perfeccionado con el correr de las décadas, hasta el punto de ser uno de los medios de transporte más seguros que existen. Sin embargo, muchas personas aún se ponen nerviosas al volar. Pero al contrario de lo que uno pensaría, la mayoría de los accidentes no se producen en el aire.
Primero lo primero
En realidad, los momentos más complicados en un vuelo son el despegue y el aterrizaje, que concentran el 60 % de los accidentes fatales. Vale aclarar que otro 10 % de este tipo de accidentes se produce incluso antes de subir al avión (en el taxi, en el transporte dentro del aeropuerto) o incluso cuando la aeronave se encuentra estacionada o está siendo remolcada.
Pero ¿por qué el despegue y el aterrizaje son más peligrosos? El riesgo asociado a estas etapas del vuelo tiene mucho que ver con el hecho de que el avión debe acelerar o desacelerar su marcha en un período relativamente corto y dentro de la pista del aeropuerto.
Los peligros del despegue
Este es, para los pilotos, uno de los momentos críticos del vuelo, que concentra un 12 % de los accidentes fatales. La principal dificultad está en alcanzar la velocidad suficiente para levantar vuelo dentro del espacio de la pista. Si bien históricamente esto era todo un desafío para las aeronaves, en la actualidad la potencia de los motores ha mejorado muchísimo, por lo que el despegue dejó de ser el momento más peligroso del vuelo.
Uno de los riesgos a los que las aeronaves se enfrentan hoy en día es que alguno de los motores falle mientras el avión acelera. En ese caso, el piloto deberá decidir en un instante si es mejor levantar vuelo y solucionar el problema en el aire o si es preferible no despegar. Aunque para muchos quedarse en tierra podría parecer la opción más sensata, no es tan simple como parece: desacelerar de golpe una aeronave, con el peso que tiene y la velocidad que alcanza, puede generar accidentes.
Sin embargo, hoy en día los ingenieros pensaron en todo y diseñaron un cemento especial que se extiende alrededor de las pistas de los aeropuertos. Al entrar en contacto con las ruedas de la aeronave, el suelo se rompe y ayuda a desacelerar la nave.
Aterrizar o no aterrizar, esa es la cuestión
Sin embargo, según las estadísticas el momento más peligroso en un vuelo es el aterrizaje, que concentra el 48 % de los accidentes fatales. Como el avión ya se encuentra en movimiento, el riesgo no está tanto en la falla de los motores, sino en factores externos como el clima, que puede generar que los aeropuertos no permitan el aterrizaje de aeronaves. En especial, los pilotos evitan las tormentas eléctricas porque pueden generar descensos bruscos de altitud.
Por otro lado, gracias a los múltiples softwares y tecnologías que se han desarrollado con los años, descender en el lugar justo de la pista tampoco genera inconvenientes. Siguiendo las rutas provistas por distintos GPS y softwares aeronáuticos, el avión puede aproximarse a la pista de una manera que garantice un aterrizaje seguro y sin sobresaltos.
Por otro lado, los pilotos están entrenados para solventar cualquier tipo de falla en los motores o percances que puedan ocurrir en el aire. Ahora ya lo sabes: puedes viajar tranquilo, la tecnología y el ingenio humano están de tu lado.
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