El organismo asegura que el país vive “una realidad de guerra”, que no terminará pese al diálogo de paz. Las bandas criminales son el otro desafío para Santos, advierten
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Colombia presentó este miércoles su informe anual para 2012 y expuso que el país vive todavía una «realidad de guerra», pese a las negociaciones entre el Gobierno y las FARC para lograr la paz.
«Los diálogos de paz y el posible fin del conflicto todavía no tienen efectos sobre el terreno», señaló el jefe de la misión del CICR en Colombia, Jordi Raich (foto izquierda), durante la presentación pública del informe.
«La tendencia de 2012 ha sido la misma que en 2011 y estamos viendo la misma en lo que va de 2013», explicó Raich en referencia a la violencia vinculada a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), al Ejército de Liberación Nacional (ELN) y a la fuerza pública, pero también a las organizaciones narcoparamilitares o bacrim.
De hecho, el CICR constata en el informe que la situación humanitaria en el 2012 se agravó en los departamentos de Antioquia (noroeste), Arauca y Norte de Santander (noreste) y Caquetá, Cauca, Nariño y Putumayo (sur y suroeste). También en las zonas urbanas de Medellín (noroeste), Buenaventura y Tumaco (suroeste).
Raich remarcó que «las bandas criminales han estado particularmente activas» en 2012, y en particular en algunas zonas del país como la costa del Pacífico, que incluye los puertos de Tumaco y Buenaventura y el departamento del Chocó, y la zona del municipio de Puerto Asís, fronterizo con Ecuador.
El jefe del CICR en Colombia alertó, además, sobre la situación de las víctimas de estas organizaciones narcoparamilitares, que no están amparadas por la Ley de Víctimas y que, por lo tanto, no tienen derecho a asistencia de emergencia ni a reparación.
«Las víctimas de las bandas criminales serán las víctimas del futuro, las que van a quedar. Y ésas hoy no pueden acceder a la reparación», advirtió en el supuesto de que el Gobierno y las guerrillas alcancen un acuerdo que ponga fin al conflicto armado. Añadió que «representan un porcentaje muy elevado de las víctimas de la violencia».
En el reporte, se informa que a lo largo de 2012 la CICR atendió a unas 200.000 víctimas de la violencia relacionadas con el conflicto armado y por otros actores armados. Documenta, también, unos 880 casos de infracciones del derecho internacional humanitario (DIH) y de otras normas básicas tales como homicidios, desapariciones, violencia sexual, amenazas, ocupaciones de bienes civiles y ataques contra la misión médica.
Una de las violaciones que «preocupa enormemente» al CICR son las desapariciones. En 2012 se registraron 7500 nuevos casos hasta alcanzar la cifra de 78.000 en Colombia. “Podemos estar seguros de que las cifras son mucho más elevadas», lamentó Raich.
Otra punto crítico que recoge el CICR en el informe es «el aumento de desplazamientos masivos» causados por un creciente números de los enfrentamientos en algunas zonas del país.
El CICR, que este año cumple su 150 aniversario, está en Colombia desde 1969, país en el que tiene la misión más grande de todo el continente americano.
Fuente: Infobae