Ingredientes
Salsa bechamel:
40g mantequilla o margarina
40g harina
500g leche entera o semi desnatada
Relleno:
Sal
Nuez moscada
Un poquito de pimienta
1 pechuga de pollo entera (sin filetear)
1 cebolleta fresca pequeña
Aceite de oliva virgen extra
Rebozar:
Huevo batido
Pan rallado
Cómo preparar croquetas de pollo
Añadimos una cucharada de aceite de oliva virgen extra en una sartén. Cuando empiece a estar caliente, añadimos la cebolleta troceada y dejamos pochar a fuego medio hasta que esté transparente.
Cortamos la pechuga de pollo en dados pequeños y añadimos a la sartén, cocinamos durante 10 minutos hasta que la pechuga esté hecha. Sazonamos con un poquito de sal, pimienta y nuez moscada. Reservamos.
En un cazo añadimos 500g de leche y llevamos al fuego hasta que hierva. Retiramos entonces del fuego, quitamos la nata que se haya podido formar y reservamos.
En la misma sartén donde hemos hecho la pechuga de pollo, derretimos la mantequilla o margarina. Una vez derretida, añadimos harina y tostamos durante 3 o 4 minutos, sin dejar de remover. Este paso es importante para que las croquetas no sepan a harina cruda.
Añadimos la leche de golpe, no dejamos de remover hasta que la salsa bechamel comience a espesar. Si la queréis más espesa, podéis dejarla un par de minutos más.
Añadimos el pollo condimentado junto con la cebolleta y mezclamos bien.
Volcamos la masa en un plato y cubrimos con papel film. Es importante que el papel film esté bien pegado a la masa para que esta no cree costra, llevamos a la nevera durante 4 horas para que la masa enfríe y podamos trabajar mejor con ella.
Transcurrido el tiempo la masa estará fría, con ayuda de dos cucharas damos forma a las croquetas, pasamos por pan rallado y huevo batido.
Dar forma. Y de nuevo pan rallado. Terminamos de dar forma con las manos y vamos dejando las croquetas en una bandeja.
Cubrimos la bandeja con papel film y llevamos al congelador durante 5 horas, las croquetas estarán semi congeladas una vez que transcurra el tiempo. Las retiramos de la bandeja y las ponemos en una bolsa de congelación. Llevamos al congelador y reservamos hasta el momento que vayamos a utilizar.
Cuando queramos disfrutar de estas deliciosas croquetas de pollo, ponemos en una cazuela abundante aceite y dejamos que esté bien caliente (el aceite tiene que estar muy caliente para que las croquetas absorban el mínimo aceite y queden crujientes por fuera y cremosas por dentro).
Freímos las croquetas de cuatro en cuatro para no enfriar demasiado el aceite y que se cocinen todas por igual.
Cuando tomen un bonito color dorado, retiramos de la cazuela y dejamos en un plato con papel absorbente, así parte del aceite se quedará en el papel y no quedarán grasosas sino todo lo contrario: bien crujientes y cremosas.
Pequerecetas
Por Confirmado: Gabriella Garcés