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Cristina y Los Imposibles

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Cristina y Los Imposibles

No todo es Papa Francisco. O la última arremetida de Jorge Lanata contra el gobierno en Argentina. También hay espacio para otros temas, como quién manda al interior del equipo económico, o por qué, según algunos expertos, existe una falta de visión económica integral. La reunión de todo el equipo económico en la residencia presidencial de Olivos después que el dólar blue se disparara casi a los $9 reavivó estas interrogantes.

 

En las distintas coyunturas el equipo ha tenido distintos protagonistas, sin que ninguno se termine apoderando definitivamente del micrófono ni de la agenda.

 

Hace un poco más de un año el viceministro de Economía, Axel Kicillof, exponía por dos horas en el Congreso las razones de la nacionalización de YPF; en ese momento la prensa dijo que era el nuevo hombre fuerte del equipo económico, o por lo menos a quien la Presidenta más prestaba atención. Unos meses antes la presidenta del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Mercedes Marcó del Pont, hacía algo similar en una comisión de la Cámara de Diputados, donde se discutía la nueva carta orgánica del organismo. En febrero de este año el subsecretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, convenció a la Presidenta para que se implementara un congelamiento de precios en los supermercados por dos meses, y en marzo el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, concentró la atención de los medios cuando al explicar la oferta de pago del gobierno a los fondos buitre que demandaban a Argentina. Poco después dio una desafortunada entrevista a la televisión griega.

 

Los cambios en los protagonismos han generado la idea de que el equipo económico en ocasiones parece enfrentado por la Presidenta, mientras que otras versiones han hablado de una perfecta coordinación. Por ejemplo, cuando el dólar blue se disparó, Kicillof se manifestó a favor de un desdoblamiento cambiario, pero se encontró con la férrea oposición de Marcó del Pont, quien aclaró que “ahora hasta dicen desdoblamiento o devaluación después de las elecciones. Son cosas que no van a ocurrir”. Como se ve, es difícil determinar quién manda, porque además el vicepresidente, Amado Boudou, es economista y ejerció como ministro de la cartera durante el primer mandato de Cristina Fernández.

 

La sombra de Cavallo

 

Para el periodista y economista Alfredo Zaiat, que presentó en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires Economía a contramano (un interesante libro sobre las corridas bancarias que ha enfrentado el gobierno de Cristina Fernández), para entender el modo en que funciona el equipo económico del kirchnerismo hay que asumir que desde el 2003 hay un cambio de paradigma. Desde esa época, o incluso antes, cuando Néstor Kirchner dijo que si llegaba a la Presidencia él también sería ministro de Economía, el equipo del sector siempre ha estado subordinado a las políticas del Poder Ejecutivo. “En otras palabras, el kirchnerismo”, explica Zaiat, “puso en su lugar el rol del equipo económico, que es simplemente un brazo ejecutor de las políticas del Ejecutivo. Los debates que hay sobre las figuras y las diferencias dentro del equipo son desde este punto de vista poco relevantes”. Para este economista, los medios opositores y algunos analistas aún tratan de comprender este nuevo modelo con el paradigma de los 90, en el que el ministro de Economía representaba a los poderes fácticos y se enfrentaba con el Ejecutivo. “Con el kirchnerismo”, continúa, “el ministro de Economía dejó de ser más importante que el Presidente”. Por eso para él es perfectamente comprensible que un día quien dé la cara es Kicillof, más tarde Marcó del Pont y después Lorenzino. “Si se entiende así”, concluye, “es mucho más fácil comprender la política y dinámica argentina”.

 

Hay voces que disienten. Para Rosendo Fraga, analista político y director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría, hay otras cosas en juego: para ello sugiere observar el accionar de la Presidenta en relación al equipo económico desde otra perspectiva: “Como muchos políticos, busca dividir el poder debajo de ella y evitar que se generen polos de poder que la puedan amenazar”. Según Fraga, Cristina Fernández se salta las estructuras de poder: por un lado “la Cámpora [la agrupación de jóvenes liderada por Máximo Kirchner y el diputado Andrés Larroque] es un instrumento que usa para acumular poder al margen de las estructuras políticas e institucionales”, por el otro lado, entrega fondos directamente a los intendentes, debilitando a los gobernadores, y por último utiliza en los ministerios la técnica de dar poder a los números dos, evitando que se consoliden los números uno, “y en Economía hace otro tanto, evitando que ninguno de los principales funcionarios tenga todo el poder”. La perspectiva de Fraga explicaría el protagonismo de Kicillof y de Moreno durante el último tiempo.

 

Lucas Llach, economista y profesor de la Universidad Torcuato Di Tella, no ve la situación con los mismos ojos que Fraga. Para Llach la autoridad de la Presidenta es política, y no la imagina vinculándose con cuestiones técnicas en el manejo de la economía. “No hay una persona sola a cargo de las líneas centrales de la política económica”, afirma.

 

Esto explicaría que cada tanto aparezca un integrante del equipo económico hablando de una medida a implementar, que de alguna manera busca parar un problema suscitado en otro frente económico. Si bien en 2011 Moreno era el demonio para los medios y economistas opositores al modelo K, la nacionalización de YPF no la podía explicar él, ya que estaba fuera de su alcance. Y viceversa, un congelamiento de precios explicado por Kicillof resultaba contraproducente.

 

Nicolás Tereschuk, politólogo y uno de los editores del blog arteypolitica.com, opina, como Alfredo Zaiat, que para entender cómo funciona el equipo económico o de quién depende hay que llegar a julio de 2002, cuando Néstor Kirchner pronunció estas palabras: “Yo digo que voy a ser el ministro de Economía. Vamos a tener técnicos que sepan muy bien y comprometidos con el proyecto, pero es el Presidente el que tiene que manejar la política económica”.

 

Para Tereschuk es esta noción la que ha primado con el kirchnerismo, por eso Roberto Lavagna (hoy en la oposición) renunció al Ministerio de Economía en 2005. De ahí que para él no haya novedad en que sea la Presidenta la que determina dirimiendo las distintas posturas o enfoques sobre la economía. Este politólogo reconoce que “hay diferencias entre distintos sectores internos del gobierno en el manejo de la economía, pero no hay un poder de delegación de decisiones de Cristina”.

 

En otras palabras, son como músicos de una banda de rock, que tienen derecho a un solo de batería o guitarra de vez en cuando, pero nunca a apoderarse del show. Con cada decisión política dependiendo de la presidenta.

 

Por Gonzalo León

 

Fuente: http://www.americaeconomia.com

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