La expresidenta argentina y senadora Cristina Fernández se definió como víctima de una «persecución» y definió como un «exceso» y una violación del estado de derecho que un juez la procesara con prisión preventiva por presuntamente encubrir a los iraníes acusados del ataque a una mutual judía en 1994.
«Estas medidas degradan aún más a la justicia argentina y señalan al Gobierno y al presidente Mauricio Macri como el máximo y verdadero responsable de una organización política y judicial para perseguir a la oposición», expresó la exmandataria, quien juró su cargo como legisladora hace poco más de una semana, en una rueda de prensa en el Congreso junto a diputados y senadores de su sector.
El juez Claudio Bonadio ordenó hoy detener a Fernández por los presuntos delitos de traición a la patria y encubrimiento agravado y pidió al Senado que le despoje de la inmunidad de arresto, al considerar que puede entorpecer la investigación.
En la causa, que fue abierta tras la denuncia que el fiscal Alberto Nisman realizó en enero de 2015 contra ella días antes de aparecer muerto en extrañas circunstancias, se investiga si un acuerdo suscrito entre Argentina e Irán en 2013 buscaba encubrir a los imputados iraníes del atentado a la mutual AMIA, que dejó 85 muertos y sigue impune. EFE