El Mundial 2014 fue frustrante para Cristiano Ronaldo. Acostumbrado a hacer goles en cantidades industriales, solamente pudo marcar una vez y esa única anotación, además, resultó intrascendente, inútil para evitar la prematura eliminación de la selección de Portugal. El astro se iba de Brasil cabizbajo y, mientras, el Real Madrid soltaba redes para capturar a los mejores peces que nadaban por allí, comprando a tres fubolistas que sí brillaron en el torneo: Toni Kroos, campeón con Alemania; James Rodríguez, Bota de Oro con 6 dianas para Colombia; y Keylor Navas, figura en la portería de la sorprendente Costa Rica.
Sin embargo, en el Madrid, llegue quien llegue, no hay nadie que tenga la importancia de Ronaldo. Ayer, en el primer partido oficial de los merengues en el curso 2014-2015, Cristiano hizo un doblete que llevó al equipo entrenado por Carlo Ancelotti a vencer 2-0 al Sevilla en el estadio Cardiff City para alzar la Supercopa de Europa. El comandante, como en una ocasión le llamó de forma burlona el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, tomó la responsabilidad de liderar y los suyos le siguieron hasta el éxito.
«Su actuación fue fantástica», celebró Ancelotti, en palabras reseñadas por EFE. «Resolvió el partido con dos goles fantásticos y jugó muy bien».
Y es que Ronaldo, con la camiseta blanca, comanda a una tropa de élite. Con la compañía de grandes soldados, muchos con las condiciones para ser generales en la mayoría de los clubes del mundo, puede sacar su mejor cara.
Se habla, en este caso, de soldados como Gareth Bale y Karim Benzema, cómplices en el par de tantos que firmó para quebrar el aguante de Beto, el portero sevillista, quien evitó que las diferencias fuesen muchísimo mayores en el marcador final.
Bale, en su natal Gales, sirvió el 1-0 con un centro impecable que encontró a Ronaldo listo para empujar el balón en carrera. Benzema puso el pase para el 2-0, sellado con una potente definición cruzada del luso que le dobló las manos a Beto.
En fin, la vida sigue igual para Ronaldo en el Madrid. La frustración se acabó.
¿Los nuevos? Kroos cumplió con creces como eje del mediocampo, con la tarea de cubrir la baja por sanción de Xabi Alonso, y James Rodríguez, aunque irregular, dejó detalles de su calidad. Navas estuvo en el banquillo, con Iker Casillas, con la banda de capitán en el brazo, como titular en el arco.
EL UNIVERSAL