Cristian Castro: «Estuve enamorado de mi madre»

Cristian Castro: «Estuve enamorado de mi madre»

Nació en cuna de oro, al amparo de su madre, Verónica Castro, la reina de las telenovelas mexicanas. Sin embargo, los primeros pasos de Cristian Castro (39 años) en la industria de la música no fueron nada fáciles. Con solo 17 tuvo que vender su coche y echar mano de todos sus ahorros para grabar su primer álbum, «Agua Nueva», con el que llegó a ser número uno en México. Veintitrés años y treinta discos de platino después, el intérprete de «Azul» es «uno de los tres cantantes latinos más exitosos en la historia de Billboard», según el ránking de la prestigiosa publicación.

 

Castro ha llegado a nuestro país para promocionar su último disco grabado en vivo, «Primera Fila. Día 2», en el que se rodea de Benny Ibarra, Jorge Celedón y Jimmy Zambrano para tocar cinco temas inéditos y reinterpretar con nuevos arreglos muchos de sus éxitos, como «Lloviendo estrellas». Tras dos matrimonios fallidos (tiene dos hijos, de 7 y 5 años), ahora espera un nuevo hijo de su exnovia, Paola Erazo. Quizá esa sea la razón por la que no se encuentre en su mejor momento personal. «Es una de las etapas más inestables de mi vida», confiesa a ABC.

 

—Los discos de grandes éxitos sirven para hacer balance. ¿Tiene alguna cuenta pendiente?

 

—Muchas. Por ejemplo, un proyecto con sinfónica y otro con el flamenco, que sería mi primer enfrentamiento con España. También quiero incursionar en la salsa. Y queda pendiente un disco en inglés y duetos con cantantes que admiro mucho, como Michael Bublé, Bruno Mars, Pablo Alborán, Luis Miguel, Marc Anthony, Alejandro Fernández y muchos más. Como ve, tengo muchos sueños que sueños son.

 

—Pero ha conseguido cumplir muchos de ellos…

 

—Sí, no me puedo quejar. Soy de los pocos mexicanos con la suerte de poder venir a Europa a cantar y gustar al público. Eso es mucha suerte para un mexicano.

 

—Ha mencionado que le gustaría hacer un dueto con Luis Miguel. ¿Su enfrentamiento con él ya es historia?

 

—No sé por qué me quieren enfrentar a Luis Miguel, siempre sentiré admiración hacia él. Luis Miguel es nuestro presidente, el rey de la balada. Pero como es nuestro presidente, podemos criticarlo. No todo va a ser flores, oreja y rabo para él; también tiene que haber críticas. Así es este juego, pero con ganas de que triunfe.

 

—¿La «top model» Daisy Fuentes es el origen de su disputa?

 

—Coincidimos en que los dos salimos con Daisy y ya contaré la verdad cuando sea el momento oportuno. Alguna vez escribiré mis memorias y contaré todo, pero hoy en día prefiero ser discreto. Sé que a Luis Miguel también le llega el tema de Daisy y no quiero que ese asunto nos aparte. Comprendo que haya amado a la mujer que yo amaba, tenemos que ser compañeros hasta en eso.

 

—Hablando de memorias, ¿la fama de su madre ha sido un peso en su vida?

 

—Siempre fue intenso, muy bonito y dulce. Siempre lo vi como una gran suerte. Estuve enamorado de ella. La admiré mucho como actriz, no solo como cantante. No podía creer que esa gran mujer fuera mi madre, la misma que me cocinaba y me cuidaba con tanto cariño. Ella me ha ayudado en todo, ha sido el motor de mi carrera. Mi madre me ha puesto donde estoy. Sin ella no estaría aquí.

 

—Y, ¿ha superado ese enamoramiento?

 

—Espero que sí. Pero uno siempre se enamora de su madre. La belleza de ella es muy potente. Pero nunca se contentó con eso. Es licenciada en Relaciones Internacionales, ha escrito una tesis, ha publicado un libro, es locutora, actriz, cantante. Se preparó y muchas veces las bonitas no hacen eso. Por eso es un ejemplo.

 

—¿Le gustan los «talent shows» como «La Voz»?

 

—Es un buen foro de descubrimiento, de destape, de suerte para muchos jóvenes. Una oportunidad de encontrar nuevos valores y de redescubrir a grandes estrellas en el papel de jueces.

 

—Por lo que veo, no se siente amenazado por las hordas de nuevos talentos.

 

—Para nada. Los concursantes de programas como «La Voz» salen preparados, criticados y aprobados por el público. Es como ir a la academia. El cantante pasa por un proceso de aprendizaje, de frustración y también de triunfo. Eso inspira.

 

—Hace algunos meses revolucionó las redes sociales subiendo una foto suya en tanga. ¿Le gusta provocar?

 

—Siempre me ha gustado provocar. Ahora finalmente puedo ser lo que siempre quise, un provocador. Me gusta la gente que me provoca y por eso yo también quiero ser uno de ellos. La foto en tanga me pareció divertida.

 

—¿Qué le dijo su madre cuando vio esa imagen?

 

—Me pidió que la quitara. Pero no lo hice. En la imagen me veía gordo, con la cara desencajada y me pareció muy divertido compartirla, pero no grotesco. De eso se trata la vida, de reírse.

 

ABC

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