Los primeros ocho meses del año, el crecimiento interanual de la liquidez monetaria se había mantenido estable a un ritmo aproximado de 103%. Sin embargo, durante el mes de septiembre, la tasa de crecimiento interanual de la liquidez monetaria fue de 118%, lo que genera preocupación sobre un aumento en los niveles estimados de inflación. Esto representa un gran reto para la banca venezolana, ya que al tener las tasas de interés controladas, es difícil ajustarse a la realidad económica del país debido a que el aumento en los costos no puede ser mitigado por un aumento proporcional en los ingresos. Las captaciones del sistema bancario se ubicaron en Bs. 7,106 billones en septiembre de 2016, concentrándose en 68,14% en los cinco principales bancos del sistema, mientras que la cartera de créditos se ubicó en Bs. 4,379 billones al finalizar el mes de septiembre de 2016, concentrándose el 68,46% de los fondos otorgados en los cinco principales bancos del sistema. Por su parte, los créditos vencidos se ubicaron en Bs. 13.246 millones, mientras que los créditos en litigio alcanzaron los Bs. 323 millones. Esto llevó a que la morosidad se ubicara en 0,31%.
Contexto macroeconómico: Durante los primeros ocho meses del año, el crecimiento interanual de la liquidez monetaria se había mantenido estable a un ritmo aproximado de 103%, llegando incluso a ser menor al 100% durante mayo y junio, cuando creció 97% y 96% respectivamente, ayudando así a disminuir las expectativas inflacionarias en la economía venezolana. Sin embargo, durante el mes de septiembre la tasa de crecimiento interanual de la liquidez monetaria fue de 118%, lo que genera preocupación sobre una aceleración del ritmo de expansión de la liquidez y a su vez un empeoramiento en los niveles estimados de inflación. Esto representa un gran reto para la banca venezolana, ya que al tener las tasas de interés controladas, es difícil ajustarse a la realidad económica del país debido a que el aumento en los costos no puede ser mitigado por un aumento proporcional en los ingresos. Adicionalmente, esto acarrea para la banca una mayor dificultad para mantener los niveles de capitalización requeridos por ley, ya que se dificulta la reinversión de utilidades, provocando así a una contracción ‐en términos reales‐ de la cartera de créditos.
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