Un investigador del Instituto de Tecnología de Georgia, Estados Unidos, desarrolló un teclado inteligente que registra y analiza la fuerza y el intervalo de pulsaciones entre teclas para proteger la computadora de usos no autorizados.
El dispositivo, compuesto por múltiples capas plásticas intercaladas con electrodos, genera electricidad cuando las yemas de los dedos de un usuario tocan las teclas.
«Cada golpe de las teclas produce una señal eléctrica que puede ser registrada y analizada», explicó Zhong Lin Wang, profesor del Instituto, en declaraciones a una publicación de esa casa de estudios.
Los teclados convencionales registran el contacto mecánico con la presión de una tecla específica, mientras que el teclado inteligente, además, graba la información de la fuerza aplicada a cada tecla y el tiempo transcurrido entre una pulsación y la siguiente.
Esta forma de escritura es aplicable sólo a las personas, por lo que el sistema podría proporcionar un nuevo método de autenticación biométrica para proteger el acceso no autorizado a una computadora. «Esto tiene el potencial de ser un nuevo medio para la identificación de los usuarios», dijo Wang.
«Con este sistema, una contraseña comprometida no permitiría que un cibercriminal acceda a la computadora. La forma en que cada persona tipea, incluso unas pocas palabras, es individual y única», expresó el científico.
El equipo de investigación probó el teclado con 104 personas, quienes escribieron cuatro veces la misma palabra, al tiempo que el dispositivo grabó los patrones eléctricos producidos.
El sistema fue capaz de diferenciar los patrones de escritura individuales con bajas tasas de error, según afirmó el investigador.
Además de proporcionar una pequeña corriente eléctrica para el registro de las pulsaciones de teclas, también podría generar suficiente electricidad para cargar un pequeño dispositivo electrónico portátil o para un transmisor para conectarse a un teclado inalámbrico.
«Nuestra piel es dieléctrica y tenemos cargas electrostáticas en los dedos», señaló Wang. «Cualquier cosa que tocamos puede llegar a cargarse».
Como parte del estudio, el grupo de investigación evaluó el teclado en condiciones difíciles, como la aplicación de la humedad, la suciedad y el aceite. «Se podría servir el café en el teclado y no lo dañaría», dijo Wang. «Debido a que se basa en una hoja de plástico, los líquidos no le hacen daño», concluyó.
Fuente: minutouno.com