Los intentos del Gobierno por disminuir la brecha del tipo de cambio paralelo, a través de la subasta de dólares en el Sistema Complementario de Administración de Divisas, no surtirán efecto porque el precio del dólar se mantiene artificialmente bajo, coincidieron los economistas Asdrúbal Rivas, Tamara Herrera y Alejandro Grisanti.
Opinan que las nuevas subastas son una muestra de una economía distorsionada, a través de la congelación de precios, anclaje cambiario y la sustitución de la producción interna por importaciones. Esto condujo a que el país gastara 73 millardos de dólares en adquisiciones externas en 2012, autorizadas por la Comisión de Administración de Divisas, el Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extrajera o a través de las compras.
Grisanti señala que existe un problema con el precio del dólar del Sicad, que está muy por debajo y por consiguiente el Gobierno no va a lograr proveer de divisas suficientes a la economía. “La única manera de hacerlo es que se iguale la cotización del tipo de cambio que el sector privado y los venezolanos están dispuestos a pagar con el precio al que el Ejecutivo debería vender”, expresa.
A la pregunta de cuántos dólares necesita la economía para resolver sus problemas de escasez de productos y reactivar el aparato productivo, Grisanti dice que según sus cálculos no más de 40 millardos de dólares. “Esa cantidad se podría alcanzar perfectamente si no se produce sobrefacturación, si no se le asignan dólares a las empresas de maletín y si el sector público cesa de importar por su lado y permite que sea el privado el que haga las compras externas a través de Cadivi”.
Tamara Herrera, de Síntesis Financiera, explica que tal y como ha funcionado el Sicad en estas primeras subastas es imposible que el dólar paralelo disminuya la brecha de 423% con respecto al anclaje de Cadivi. “Ni la cantidad de dólares que está ofreciendo ni el precio al que los vende contribuyen a reducirla”. Asegura que la cotización resultante en esta subasta de 10,5 bolívares por dólar no tiene coherencia con la realidad y sólo la tendría si la oferta fuera mucho mayor. “El valor de la paridad del Sicad sólamente tiene coherencia y racionalidad si está acompañado de una corrección en las cantidades ofrecidas de dólares a la economía”. Grisanti agrega que el hecho de que ese precio sea tan bajo es lo que exacerba la demanda y la hace infinita.
Asdrúbal Rivas afirma que la oferta disponible en el Sicad está 60% por debajo de los 12 millardos de dólares que ofrecía el Sitme anualmente: indica que no compensa lo que las empresas medianas y pequeñas lograban tramitar en la desaparecida subasta de bonos del Banco Central de Venezuela. “Ciertamente es mucho mejor tener los 4,8 millardos de dólares que en teoría subastaría el Sicad en 12 meses que no tener nada. Pero tales cantidades no pueden impactar el precio del dólar paralelo porque además existe un rezago de demanda de divisas por los 5 meses que no hubo Sitme y que ha hecho que el sector productivo se resienta”.
Herrera añade que desde hace bastante tiempo la economía venezolana tendría que estar importando mucho menos. “Pero la política económica de Jorge Giordani, ex ministro de Planificación y Finanzas, construyó un camino de creciente dependencia del petróleo, sobrevaloración de la moneda y ataque a la industria. Se creó un modelo errado que se ha agravado por la medida, que sólo es un incentivo para que haya más colas en el Sicad”.
Tipo de cambio y crecimiento
El banco británico Barclays Capital calculaba que en la segunda subasta del Sicad la tasa estaría en 15 bolívares por dólar, la cual habría mejorado el déficit fiscal del país en 2 puntos del producto interno bruto. “Pero con un promedio en la tasa de cambio de 11 bolívares por dólar, sólo puede reducirse hasta un punto porcentual”.
Indica que será muy difícil migrar de este sistema implementado por el Sicad a otro enmarcado en la legalidad y con un tipo de cambio totalmente flexible que sea diferente a Cadivi “como estarían considerando algunos funcionarios del Gobierno”, señala el informe. El banco opina que una migración hacia un sistema similar al que funcionó en Venezuela entre 2003 y 2010 está relacionada con la brecha que existe en los tipos de cambio y la posibilidad de que la tasa del nuevo sistema incorpore al menos parte de la información del mercado. “Con estas subastas, el sector privado incrementa su demanda de dólares, como quedó reflejado en la reducción de las asignaciones de divisas para personas naturales que apenas llegaron a 1.000 dólares”.
El dato
El financiamiento que las entidades públicas han obtenido desde el BCV ha sido de 30,5 millardos de dólares a la tasa de cambio oficial de 6,30 bolívares y de 5,2 millardos de dólares al tipo de cambio paralelo, que está prohibido publicar, pero que ha contribuido a que la liquidez monetaria (cantidad de monedas y billetes más depósitos bancarios) se haya disparado 63% en un año.
La cifra
12,5 bolívares por dólar es la tasa de cambio de equilibrio, según Barclays Capital, la cual se calcula tomando en cuenta variables como la producción petrolera y los ahorros en dólares.
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