Correr es un gran ejercicio. No sólo te ayuda a perder peso al hacer que quemes más calorías, también acelera tu metabolismo e incrementa tu capacidad cardiovascular.
Sin embargo, toma en cuenta que al correr estás ejerciendo un gran impacto sobre tus piernas, rodillas y pies, por lo que debes tomar tus precauciones para no lastimarte. Aquí cinco tips para hacerlo correctamente.
¿Cómo? ¡Toma nota!
Empieza y termina despacio. Siempre necesitas calentar tu cuerpo para que tus piernas y corazón se preparen para el esfuerzo que van a realizar. Trotar o caminar con paso ligero por 10 minutos es una buena opción. Lo mismo debes hacer en los minutos finales de tu entrenamiento, ya que con ello evitarás los dolores musculares.
Bebe agua. Lo ideal es hacerlo al final para hidratar tu cuerpo. Si el clima está muy caliente o húmedo, entonces también debes tomar agua, la que tu cuerpo te pida, durante el entrenamiento.
No te encorves. Cuando corras, trata de mirar el frente y no a tus pies. Toma el control de tu cuerpo, sume el estomago, mantén tus brazos a los lados del cuerpo y endereza tu espalda. Controla tus movimientos.
No rebotes. Trata de mantener tus pasos cerca del piso. Mientras más eleves tus piernas, mayor será el impacto que estás tendrán que asimilar cuando regresen al piso, y se fatigarán más rápido.
Elige el zapato adecuado. Son un elemento clave. Lo primero que debes de buscar es que sean cómodos (por lo general debes comprar media talla mayor del tamaño que usas regularmente) y que hayan sido diseñados especialmente para correr, porque eso significa que amortiguan tus pasos.
Por último, reemplázalos periódicamente; el promedio es después de haber corrido unos 800 km.
Fuente: Veintitantos