El presidente Rafael Correa convocó a defender la “revolución ciudadana”
Cientos de indígenas llegaron a Quito después de diez días consecutivos de caminata contra las políticas y estilo de gobierno del presidente Rafael Correa, para sumarse a un paro nacional convocado para hoy por sindicalistas, estudiantes y gremios de médicos, entre otros.
El presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas, Jorge Herrera, dijo que se quedarán en Quito hasta que el gobierno atienda sus pedidos: “No nos iremos con las manos vacías».
En ocho años que lleva Rafael Correa en el poder es la primera vez que enfrenta un periodo de protestas que, aunque intermitentes, se ha prolongado dos meses.
Correa califica el llamado a paro de “golpe blando”, mientras que la oposición lo define como una expresión de “dignidad popular”, reseñó el diario El Colombiano.
El martes pasado el mandatario instó a radicalizar la “revolución ciudadana” por medio del trabajo con ahínco y entusiasmo. Hoy puede producirse una medición de fuerza en las calles de Quito luego de que sectores afectos al oficialismo también llamaron a actividades. En Quito se reforzó la presencia policial en las calles.
Queremos
Los manifestantes, que entraron en la capital custodiados por la policía, acampan en un parque a la entrada del centro histórico de Quito, donde también está la sede del Poder Ejecutivo. En las adyacencias grupos sociales y organizaciones indígenas que apoyan a Correa hacen vigilia.
«No queremos desestabilizar al gobierno, queremos que escuche, queremos que entienda», expresó Agustín Cachipuembo, representante del pueblo Cayambi.
Entre las reivindicaciones de la marcha está que se archiven las enmiendas constitucionales que estudia la Asamblea, entre ellas la de la reelección indefinida del presidente y otros cargos electivos.
El dirigente indígena Carlos Pérez denunció la existencia de infiltrados en la marcha y anunció que llevarán el caso a la justicia.
Suecia quiera a Assange
Las autoridades suecas informaron que hacen un intento de último momento por interrogar a Julian Assange, fundador de WikiLeaks, para que responda a denuncias de delitos sexuales, la mayor parte de las cuales prescriben la semana próxima, pero que aún entonces será requerido por denuncias de violación.
Assange, que se libró de una orden de aprehensión sueca al refugiarse en la Embajada de Ecuador en Londres en 2012, es solicitado por dos denuncias de inmoralidad sexual y una de coerción ilegal que prescriben el 18 de agosto, al menos que sea acusado formalmente. Una cuarta denuncia de violación estará en vigor hasta 2020.
El australiano de 44 años de edad, que ha rechazado todas las acusaciones, afirmó que no tiene intención de ir a Suecia.
El Nacional