“El Gobierno no les entrega divisas (a los diarios del país) para importar papel o deben hacerlo a través de una estatal que tiene el monopolio de la venta y distribución y que es utilizada como un arma de discriminación para castigar a quienes mantienen un periodismo independiente y fiel a los valores democráticos”.
Estas declaraciones recientes de Gustavo Mohme, presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), coinciden con la calificación que presidentes y editores de diversos periódicos del país le endilgan a la Industria Venezolana Endógena de Papel (Invepal) o Complejo Editorial Alfredo Maneiro (CEAM), como se denomina desde que fue transferida a manos del Estado en el año 2005, corporación que suministra – o, expresado con mayor fidedignidad, ha dejado de suministrar – la principal materia prima y otros insumos para la industria interna de los medios impresos.
Y es que la carestía de papel que ha afectado a rotativos no solo de dilatada trayectoria sino también baluartes de la comunicación social como materializaciones del principio de la libertad de expresión – casos El Nacional, El Impulso, El Correo del Orinoco, El Zuliano y El Carabobeño, entre otros – pareciera ser, citando denuncias de las empresas perjudicadas, una especie de restricción selectiva contra los órganos críticos a la omnímoda línea de pensamiento y a la gestión administrativa de quienes ostentan el poder.
Recientemente, el presidente de Fedecámaras, Jorge Roig, expresó, en visita a Barquisimeto, su preocupación ante las limitaciones sufridas en tal sentido por el diario larense El Impulso. “No quiero pensar que esta circunstancia se vincule con un atentado a la libertad de prensa independiente, pero es inevitable notar con cierta sorpresa, que aquellos periódicos que son oficialistas no tienen el problema de la falta de papel”, dijo. Según su apreciación, “cada empresa editorial tiene el derecho de comprar todo el insumo que quiera a la tasa legalmente establecida por los organismos competentes y sin ningún tipo de restricciones”, dijo.
“Sin embargo, vemos con gran preocupación que en la actualidad obligan a los medios a comprar a través de una corporación gubernamental, cuyo nombre pertenece a un socialista que predicaba la libertad de expresión, Alfredo Maneiro. Un ciudadano que debe estar en estos momentos revolviéndose en su tumba, porque dicha corporación, en lugar de actuar en su defensa, ahorca la libertad de expresión. Aunado a ello, ha demostrado ser ineficiente en cuanto a la administración y distribución de los insumos que tiene a su cargo”, denunció el titular de la cúpula privada.
Lo cierto es que, además de lo referido, y de acuerdo con registros oficiales que fueron develados en el reporte investigativo “Complejo Maneiro incumple metas y convenios para suministro de papel”, publicado por El Nacional el pasado 20 de abril, bajo la firma de la periodista Maru Morales, el ente adscrito al Ministerio del Despacho de la Presidencia ha incumplido las metas que se trazó para el año en curso, al menos en lo refleja hasta el primer trimestre de 2015.
El CEAM, cuyo tren ejecutivo conduce Hugo Cabezas, se comprometió, como proveedor primario, a incrementar la dotación de papel, la prestación de servicios y la venta de insumos en momentos en que, paralelamente, diarios nacionales y regionales anunciaron, por la escasez del rubro, medidas de emergencia como recortes de paginación, cambio de formato y eventual cierre por falta de papel y planchas de impresión, situación que desde 2013 dimana por la constreñida adjudicación de divisas al sector.
En documento consignado a la Asamblea Nacional, informa Maru Morales, se indica que entre febrero y diciembre del año pasado el Complejo Alfredo Maneiro entregó 18.671.615 toneladas métricas de papel a 95 periódicos y 3.200.796 toneladas a otras firmas editoriales, sumando un total de 21.872.411 toneladas vendidas que produjeron un ingreso de 322,3 millones de bolívares. Asimismo, el texto oficial señalaba que CEAM incrementaría en 60 % los servicios de impresión y venta de insumos, proyectándose para el 2015 la comercialización de 80 mil toneladas métricas de papel prensa y otras 40 mil de todo tipo de papel de artes gráficas con el objetivo de atender a mayor cantidad de medios impresos.
Sin embargo, en palabras de Joselín Ramírez, presidenta de la Cámara de Periódicos de Venezuela,entrevistada por El Nacional, tal derrotero no se ha concretado. “Eso no ha pasado. Siguen atendiendo a la misma cantidad de periódicos del año pasado y solo en suministro de papel. A nosotros nos encantaría, por ejemplo, contar con ellos en otros suministros, como el de las planchas de impresión. Si el gobierno no quiere que ningún proveedor las traiga, está bien, que las traiga el Complejo a un precio que podamos pagar. Pero no ha sido así. (…). No estamos como quisiéramos estar. Nos encantaría que hubiera libertad de los dólares, que todos pudiéramos comprar lo que necesitamos, pero no es así”, manifestó Ramírez.
Continuamos citando cifras aportadas por el artículo de El Nacional: entre 2013 y 2014, 9 publicaciones dejaron de circular de manera temporal o definitiva, o pasaron a formato web. En 2015 – hasta abril – suman 6 rotativos con fallas de materia prima: La Nación, Notidiario, Tal Cual y El Carabobeño, Correo del Caroní y El Nacional. Por otra parte, el CEAM reseña que en 2014 imprimió 875.000 ejemplares del encarte 4F, del Partido Socialista Unido de Venezuela, por un costo de 2.528.400 bolívares; otros 41.460.937 ejemplares de Ciudad Caracas, por un monto de 119.805.524 bolívares; y 3.000 del encarte Palestina, por 7.350 bolívares. Además, la Memoria y Cuenta de la dependencia estatal destaca que el año pasado manejó uso 540 millones de bolívares. Empero, tal como es del dominio público, hay poca disponibilidad de papel.
En torno a esta crisis en la recepción del papel, el presidente del diario larense El Impulso, Carlos Carmona, se muestra perplejo expresando “no sé a qué juegan pero nos están haciendo la vida cuadritos y seguimos luchando. Obviamente, si ningún periódico oficialista está teniendo problemas, quiere decir que para unos hay papel y para otros no. La respuesta es una sola: es obvio que hay una razón política. Se están fregando El Nacional, El Impulso, El Carabobeño, Correo del Caroní: hay nombres y apellidos que quieren reventar, pero sí: es una medida política. Le dan papel según le convenga el partido”, dijo el alto ejecutivo de medios.
Entretanto, representantes del Colegio Nacional de Periodistas (CNP) y del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP), junto a Organizaciones No Gubernamentales como Espacio Público, han solicitado a las autoridades, en compañía de la sociedad civil, en pleno, soluciones al conflicto que ha generado la falta de papel para los medios impresos.
Por ejemplo, por El Carabobeño, rotativo de Valencia, se ha movilizado una cruzada para que la Fiscalía interceda ante el Ejecutivo Nacional y la Corporación Alfredo Maneiro para que se atienda la urgente solicitud del insumo gestionada desde marzo por el periódico regional, luego de que anteriores demandas encontraran como respuesta “cantidades infímas”, que solo sirvieron para una corta circulación. En este exhorto al CEAM, Eduardo Alemán, presidente de El Carabobeño, recordó que el eventual cierre del diario, que en febrero último tuvo que pasar de formato estándar a tabloide como consecuencia de las dificultades que confronta, dejaría sin trabajo a unos 300 empleados.
Entretanto, el comisionado presidencial para empresas ocupadas del Estado, Juan Bautista Arias, declaró que la papelera estatal invertirá 400 millones de dólares en el aumento de la producción nacional para acabar con los gastos de importación. Pero, el sufrimiento que agobia a medios impresos por la falta de inventarios parece decir que la corporación Alfredo Maneiro – surgida tras la quiebra de la original firma privada y la declaratoria como bien de utilidad pública y social por parte del parlamento – no ha ejercido a cabalidad su “papel”.
Nota de prensa