La fuga de combustible se ha convertido en un negocio duro de erradicar. Pese a las restricciones que impone Venezuela, nuevos caminos verdes se abren paso.
Los 17 años que llevan congelados los precios de los combustibles en Venezuela han dado un margen muy amplio para que el contrabando se haya agudizado.
Desde el año 1978, la fuga de gasolina a Colombia es una realidad con la que Venezuela ha lidiado, sin embargo, cada vez que los diferenciales de precios de los combustibles y las variaciones en el tipo de cambio venezolano se han producido de manera que benefician al país vecino, se ha registrado un impulso mayor en la extracción ilegal del combustible , uno de los efectos perversos de la baja competitividad de la moneda nacional y, por supuesto, del subsidio estatal a este rubro.
El ex gerente de refinación de Cardón, en el Complejo Refinador de Paraguaná, Javier Larrañaga, asegura que en Venezuela el contrabando es histórico, y se alimenta cada vez que los precios del combustible en Venezuela son bajos, comparados con las cotizaciones internacionales que emplea Colombia.
«Esta situación genera un incentivo terrible en favor del contrabando, y no solo para Colombia, sino además para Brasil, Curazao, Aruba, Trinidad, Bonaire, el Caribe cercano en general», comenta el experto. Verbigracia, con la reciente devaluación del bolívar.
Los números no se equivocan. El litro de gasolina de 95 octanos en el país cuesta 0,097 centavos de bolívar ($0,015 centavos después de la devaluación ), mientras que al cruzar la frontera puede valer entre seis y ocho bolívares el litro (0,9 centavos a un dólar en promedio).
Esto arroja una insólita ganancia de 6.086% si se usa el precio más bajo. Y si se tiene que el litro de gasolina en Colombia se cotiza en estos momentos en 1,6 dólares el litro, el combustible venezolano se muestra mucho más atractivo.
Fuente: El Mundo Economía y Negocios