Heidi Rojas contó que la semana pasada compró dos pollos en el mercado municipal de Puerto La Cruz y gastó 700 bolívares.
Rojas está consciente de que con esa misma cantidad de dinero puede hacer un mercado medianamente surtido en la red de Abastos Bicentenario del gobierno.
Por esa razón decidió hacer su cola ayer desde las 5:00 de la madrugada a las afueras del supermercado “a su propio riesgo”, porque a la hora que llegó ya habían repartido los números.
“A las 8:00 de la mañana salió un funcionario de la Guardia Nacional y un empleado del Bicentenario diciendo, de una manera muy déspota, que sólo iban a repartir 500 números y que ellos no se hacían responsable por las demás personas que no pudieran comprar. Si es así, que atiendan más temprano”, mencionó Rojas. Agregó que hubo muchos que vendieron sus números a 200 bolívares.
Nelson Martínez tampoco corrió con la suerte de agarrar su numerito. A su juicio, deberían abrir por lo menos a las 6:00 de la mañana, para que todos tengan chance de comprar y no se presente “el despelote”.
“Yo me vine a las 5:00 de la mañana, pero otros durmieron aquí. Ellos (Bicentenario) deberían hacer un esfuerzo y abrir antes de las 8:00 am”.
Martínez se vino con su hija mayor, Orianny Martínez, quien tiene siete meses y medio de embarazo. Expresó que para comprar los pañales de su bebé debe mostrar su tarjeta de control médico y los ecos, eso si logra entrar al recinto.
Janet Martínez optó por comprar en el Central Madeirense, ubicado en la avenida Municipal de Puerto La Cruz. Dijo que a diferencia del Bicentenario, en ese establecimiento es más seguro que pueda adquirir los productos.
“Aquí los guardias nacionales reparten mil números y siempre pasan por la cola preguntándole a las personas si les dieron. No venden por terminal de cédulas ni tampoco hay captahuellas. Es mucho mejor”.
Más consideración
Juliet Mateus, supervisora del Bicentenario ubicado en el centro comercial Judibana de Puerto La Cruz, aseguró estar al tanto de varias irregularidades.
A pesar de ello, dijo que no puede forzar a su personal a venir más temprano porque, la mayoría de las veces, cierran tarde en las noches.
“Yo sé que los bachaqueros abusan en las colas y por eso muchos se quedan sin comprar. Estamos abiertos al público desde las 8:00 am hasta las 8:00 pm. Los empleados llegan a las 6:00 de la mañana para limpiar, y hay veces que se van tarde atendiendo a gente de la cola. Deben tener más consideración”.
Indicó, además, que todos los días vacían el depósito porque siempre les llega mercancía.
Joanna Posada
EL TIEMPO