La situación que vive la migración venezolana en América Latina como consecuencia de la pandemia es grave. Gran parte se ha quedado sin empleo y por ende sin un lugar donde vivir por falta de recursos.
«Con la pandemia, nos quedamos sin empleo y pasamos muchas necesidades. Vivíamos muy mal. La cuarentena nos agarró muy fuerte», cuenta una mujer venezolana que llegó hace un año a Colombia, reseña la ONU en su portal.
Sin embargo, la propia organización internacional logró dar apoyo a las personas obligadas a salir de su país por la terrible crisis humanitaria que vive.
«Hace dos meses estamos en un apartamentico mejor y nos ayudaron a salir del pagadiario donde estábamos», señala la mujer.
Miles de migrantes venezolanos en América Latina son víctimas de la crisis causada por la COVID-19, complicando aún más el camino.
«Se dice a menudo que el coronavirus no discrimina, pero la realidad es que la pandemia si discrimina», afirmó el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi.
El funcionario agregó que «las poblaciones de escasos recursos y minorías étnicas han sido afectadas de manera desproporcionada».
Grandi, comenta que a nivel mundial, América Latina y el Caribe, con menos del 10% de la población del planeta, representa un tercio de todas las muertes registradas por la COVID-19.
Las declaraciones de Grandi fueron en el marco del lanzamiento del Plan Regional de Respuesta para Refugiados y Migrantes Venezolanos 2021.
La amenaza que representa la pandemia para la migración venezolana en América Latina
Grandi explicó que para los 4,6 millones de refugiados y migrantes venezolanos, la pandemia constituye una amenaza adicional.
Este plan presentado por la ONU, «responde a la necesidad de estas personas y comunidades, que incluye salud física y el bienestar psicológico que han sido impactados directamente por el COVID-19, pero también el aspecto humanitario de ayuda y la integración social», dijo.
Al menos 1440 millones de dólares son los que requiere este plan para apoyar a los venezolanos vulnerables.
Buscando atender las crecientes necesidades de este grupo en 17 países de América Latina y el Caribe.
El gran reto que representa este plan
La pandemia del coronavirus puso a prueba también las capacidades nacionales y locales en toda América Latina.
Muchas comunidades de acogida enfrentan ahora un sinnúmero de nuevos desafíos que empeoran sus ya precarias condiciones.
La asistencia humanitaria ahora es más requerida por estas comunidades por la pérdida de medios de vida y el empobrecimiento de muchísimas personas.
El impacto de la pandemia también está provocando un drástico aumento de la violencia de género y las necesidades de salud mental, la inseguridad alimentaria, la desnutrición e incidentes de estigmatización.
La ONU destaca también la creciente tasa de desalojos que está dejando a muchas personas sin hogar y dependientes del alojamiento temporal proporcionado por las organizaciones humanitarias.
Para los venezolanos migrantes en situaciones de irregularidad, la lucha por acceder a los derechos básicos es aún más aguda.
¿Qué busca el Plan Regional presentado por la ONU?
La organización internacional asegura que el plan busca fortalecer aún más las respuestas nacionales y regionales de los gobiernos de acogida.
Busca dar apoyo a las intervenciones de salud, alojamiento, alimentación, agua, saneamiento e higiene.
Asimismo con el acceso a la educación, la protección y la integración donde se requiere asistencia y experiencia específicas, o donde las propias capacidades de respuesta de los gobiernos se ven desbordadas.
La iniciativa reúne a 158 organizaciones involucradas en la respuesta, incluidas agencias de las Naciones Unidas, organizaciones no gubernamentales internacionales y nacionales, la sociedad civil, organizaciones religiosas y el Movimiento de la Cruz Roja.
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