El vocablo ‘melifluo’ proviene del latín “melliflŭus”, cuyo significado es “que destila miel”, literalmente representa un adjetivo que describe aquello que tiene propiedades o es muy parecido a la miel. De forma más detallada podría resumirse en que es un término compuesto, integrado por “mellis” que puede traducirse como miel o dulzura, y por “fluere” en el sentido de fluir.
Esta palabra, que data de mediados del siglo XV, se ha adaptado en la actualidad para identificar a una persona de modales delicados, suaves, o tiernos, que de tanta galantería y elogios puede resultar empalagosa y hasta desagradable, al punto de dar la impresión de no ser sincera por su exceso de cortesía.