Con el buen tiempo apetece tener más tiempo para practicar sexo con nuestra pareja. En una noche de verano preparas un baño fresquito o pones a punto la habitación con velas y música relajante para crear un ambiente íntimo. Sólo quieres desnudarte delante de tu pareja y disfrutar utilizando tus cinco sentidos.
Cada uno de ellos tiene una misión diferente en una relación sexual, pero si se saben potenciar, la mezcla puede ser explosiva, el placer en su máximo exponente. No hay nada como empezar con los juegos preliminares, encenderán el deseo sexual que no podrá apagarse hasta que te hayas fundido.
La vista
A través de los ojos entran en tu cuerpo muchas sensaciones que son difíciles de conseguir con otro sentido. Además, tienen su propio lenguaje: con una simple mirada puedes provocar excitación en tu pareja. Dicen que una mirada vale más que mil palabras y en el sexo eso todavía se nota más. Es el sentido más utilizado y el más receptivo especialmente entre los hombres. Los chicos se fijan en las curvas del pecho y el trasero. A las mujeres puede llegar a excitarles una mirada o una sonrisa, un buen culo o unas manos bonitas.
El gusto
Con la boca podemos activar las zonas más erógenas del cerebro. Muchos alimentos producen un aumento de tu deseo sexual, como el chocolate, fresas con nata, frutas exóticas… Además, cualquier comida puede excitarte si la comes encima de su cuerpo. No olvides que los labios son la zona más sensible y sensual. Se estimulan a través de los besos o el roce de los dedos.
El olfato
Cuando arde la pasión puedes llegar a tener más sensibilidad en la nariz. Eso se explica porque se generan unas sustancias cuando el cuerpo se excita: las feromonas. Al olerlas, sin darte cuenta, reaccionas de forma instintiva, aumentando tu deseo. También puedes utilizar velas, incienso o cualquier otro aroma que te guste para crear un ambiente agradable.
El oído
No hay nada como un susurro en el oído. Dicen que es el sentido más erótico y te pone a punto mucho más rápido que cualquier otro. Las palabras románticas o incluso obscenas, escuchar los suspiros o jadeos de tu pareja o el grito de tu orgasmo. Al escuchar esas cosas es inevitable excitarse todavía más.
El tacto
Toda la piel es una gran zona erógena y está conectada al celebro, una simple caricia es capaz de crear una sensación increíble. A través del tacto exploras todo tu cuerpo y el de tu pareja. También puedes optar por hacerle un masaje erótico. Lo mejor es disfrutar con tranquilidad de este sentido. Con el tacto aprenderás a conocer mejor su cuerpo.