Luego de un divorcio a la corta edad de 18 años, Carolina Herrera conoció al amor de su vida en Reinaldo Herrera, un reconocido aristócrata de la élite venezolana quien le concedería el apellido que la ayudó a despegar a la fama.
El esposo de la diseñadora era el hijo de Reinaldo Herrera Uslar, marqués de la Torre Casa, un empresario perteneciente a la alta sociedad de Caracas.
Por su parte, Carolina Herrera conoció a su esposo cuando comenzó a trabajar en una sucursal de una firma italiana Pucci en la capital venezolana.
Reinaldo también era uno de los más reconocidos editores de la revista Vanity Fair.
En 1968, el par contrajo matrimonio y le dieron la bienvenida a sus dos hijas llamadas Carolina Adriana y Patricia Cristina.
Cabe destacar que su esposo fue quien metió a Carolin Herrera en el mundo del glamour de sus amigos de la jet internacional, como Andy Warhol, Estée Lauder y Jackie Kennedy, a quien la diseñadora logró vestir.
Herrera fue el máximo apoyo de la diseñadora, en los momentos en que el negocio que fundó, Carolina Herrera, Ltd, no despegaba con la fuerza que tuvo años después.
En una publicación del diario El País, el también periodista venezolano concedió una entrevista en el 2019, en la que sin ningún tapujo resaltó que no sentía celos de la fama lograda por su mujer, pues en ese éxito rotundo que alcanzó, tuvo sus innegables méritos.
“No. Supongo que hay un lado de vanidad, porque no habría triunfado sin mí. Y ella lo sabe, y lo dice. Siempre hemos sido amigos. Nos respetamos”, dijo sin menoscabo al apoyo otorgado por años a Carolina Herrera.
Actualmente, la pareja es una de las relaciones más estables y sólidas en la escena aristocrática.
Esto, debido a que ambos se respetan mutuamente y se complementan el uno al otro.
Ella como modista y él como editor son un equipo perfecto.
En sus ratos libres, él estudia heráldica y genealogía y ella se entrega a sus 12 nietos y dos bisnietos.
EFE