El presidente de Conindustria, Adán Celis, presentó este lunes una encuesta realizada a empresas industriales sobre el impacto de la escasez de diésel en el sector manufacturero venezolano y del esquema 7+7 de cuarentena para frenar la propagación del COVID-19.
De acuerdo con la encuesta, que comprende al 60% de las cámaras sectoriales afiliadas al gremio y a un 40% de las cámaras regionales, el 93% de los industriales no cuentan con combustible diésel o tienen reservas solo para 1 ó 2 semanas de trabajo.
De igual forma, el estudio evidencia que 93% de las empresas del sector han tenido que recurrir a la compra de diésel por vías alternativas y a precios no regulados.
El presidente de Conindustria calificó la situación de «dramática», y aseguró que históricamente se llegaban a tener inventarios de más de dos meses.
Señaló además que, entre febrero y abril de 2021, las empresas registraron un promedio de 14 días de trabajo al mes, lo que representa un 74% de los días hábiles, como consecuencia de los esquemas intermitentes que no permiten la continuidad operativa.
En cuanto a los principales servicios que fallaron durante este período, el 56% de los industriales encuestados manifestaron que han padecido la escasez de gasolina y diésel diariamente. Un 19% reportó fallas diarias en el servicio eléctrico.
El líder del gremio industrial reiteró que el gasoil es esencial para el transporte de productos que salen de las fábricas a las zonas de consumo, al igual que para el traslado muchas de las materias primas que llegan a la industria desde los centros de producción.
Asimismo, Celis recalcó que en vista de la crisis del servicio eléctrico, muchas industrias generan su propia energía eléctrica con plantas que funcionan con el combustible diésel, por lo que, aseveró, se trata de un problema transversal que afecta a todas las fases de la producción.
Los resultados del estudio evidencian que la operatividad del 100% de las empresas del sector se ha visto afectada por la falta del combustible.
Celis enfatizó en la necesidad de la privatización de la industria petrolera para recuperar la producción y en la urgencia de que se le concedan los permisos a los productores para importar el combustible que requieran, mientras se resuelve el problema estructural de producción y distribución de gasolina y diésel.
Fuente: Banca y Negocios
Por: Maria Laura Espinoza
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