Es mujer y uno de sus abuelos era mexicano. En un año en el que las actitudes de Donald Trump hacia los hispanos y las mujeres están definiendo la campaña presidencial, esos dos factores podrían ayudar a Catherine Cortez Masto a ser la primera hispana que llega al Senado de Estados Unidos.
En medio del rechazo generalizado a comentarios despectivos del candidato republicano a la presidencia sobre los mexicanos y las mujeres, Cortez, del partido Demócrata, libra una reñida batalla con el republicano Joe Heck, tratando de conservar una banca de Nevada en el Senado que estaba en manos de su partido.
Nieta de un inmigrante mexicano de Chihuahua, en la frontera con Texas, Cortez casi no habla español, pero se presenta como una abanderada de la causa de los inmigrantes.
“Cuando Trump llama criminales a los mexicanos y pide un muro en la frontera, para mí él habla de mi familia y las de numerosos mexicano-estadounidenses que han contribuido a Nevada. Ese no es el país que yo conozco”, declaró Cortez a la Associated Press.
Trump se granjeó la animosidad de la comunidad hispana en el mismo lanzamiento de su campaña presidencial, cuando dijo que los mexicanos son violadores y delincuentes y propuso construir un muro a lo largo de la frontera con México y deportar a todos los extranjeros que residen en el país sin autorización. También habló de prohibir el ingreso al país de los musulmanes como una forma de combatir el terrorismo.
Cortez es una de 65 aspirantes hispanos a bancas legislativas, la camada de candidatos de origen latinoamericano más grande hasta ahora, según la asociación de funcionarios hispanos NALEO. Nunca hubo más de 51 contendientes.
AP