El robo de baterías es el nuevo temor de conductores tanto de transporte público como particulares. Para blindarla, choferes han recurrido al ingenio para improvisar métodos de seguridad con cadenas y candado. Atribuyen el fenómeno a la escasez del producto y el estado de anarquía en el país.
Una cadena de cinco centímetros de ancho y un metro de largo rodea una batería y termina con un candado grande, en la camioneta de José Contreras, conductor de mudanzas. Ha sido víctima en dos ocasiones de la delincuencia. Dijo que en 42 años de ejercer este oficio nunca había sentido temor por el robo del acumulador. “Antes uno estaba pendiente del reproductor o en caso extremo de los cauchos. Ahora ni las bujías se salvan”.
Contreras explicó que la primera vez que le robaron la batería se encontraba reunido en casa de su mamá, en una fiesta familiar y pensó que sus hermanos le querían jugar una broma. “Yo no lo podía creer justo al frente del hogar de toda mi vida me dejaron sin batería, con lo difícil que está conseguir una nueva”. A raíz del incidente tomó la decisión de aplicar un método de seguridad.
El Carabobeño
