En un profundo acto de empatía, un conductor de autobús en la autopista de Buffalo, Nueva York, interrumpió momentáneamente su trayecto al ver a una mujer que, de pie al borde de un puente, parecía dispuesta a arrojarse y acabar con su vida.
“No parecía normal por lo que sucedía alrededor. El tránsito estaba normal, los peatones caminaban normalmente”, declaró Darnell Barton para explicar por qué detuvo el camión para, de inicio, hablarle a la mujer (sin que ella le respondiera más allá del contacto visual) y, después, ayudarla a regresar al otro lado del puente.
Barton se ganó la ovación de los pasajeros, estudiantes adolescentes en su mayoría, pero al escribir el reporte de lo sucedido lo hizo de la manera más general posible, pues no quería ningún tipo de recompensa por su acción. Al parecer la mujer también era una joven estudiante que se veía notablemente perturbada.
“Estaba destinado a estar ahí en ese momento para ella. Y así fue”, concluyó lacónicamente el hombre