La protesta contra la inseguridad, organizada el pasado viernes por el grupo estudiantil Viva UCV, fue el detonante para que las autoridades de la referida casa de estudios superiores reforzaran planes para controlar el acceso a la institución y así disminuir el auge delictivo.
Aunque el uso de la calcomanía para identificar a los estudiantes, así como al personal docente, administrativo y obrero que ingresa al campus en vehículos, no es un mecanismo nuevo para controlar la entrada de personas, su uso será de forma obligatoria y será supervisado por el personal que custodia las instalaciones. Carmen Yegres, directora de mantenimiento de la institución, explicó que la etiqueta deberá colocarse en un lugar visible del vehículo. «Con esta medida no estamos limitando el acceso a las instalaciones, sino es una forma de organizar las rutas de acceso y de minimizar los hechos delictivos. Los estudiantes tendrán acceso a una sola etiqueta, que será como una especie de carnet: intransferible.
En caso de extravío o robo, deberá notificar al despacho que dirijo y se le asignará una nueva calcomanía y otro número».
Los stickers, según la funcionaria tendrán un costo de 25 bolívares. La cantidad recaudada por este concepto será invertida en la elaboración de nuevas etiquetas. A partir de este momento, los motorizados además de usar este mecanismo de identidad, no podrán circular con parrilleros. Las personas que se desplacen como acompañantes de los conductores de este tipo de vehículos, deberán bajarse y andar a pie. «Esto contribuirá a minimizar el número de robos en los pasillos de la universidad cometidos por motorizados», dijo Yegres.
Para obtener las calcomanías, en caso de los estudiantes, basta con presentar ante la Dirección de Mantenimiento, la constancia de inscripción del semestre o el carnet vigente. Por su parte, el personal docente y administrativo, podrá tenerla con la presentación de su credencial o el documento de circulación del vehículo.
Afianzan recorridos
José Cruz, director de seguridad de la institución, explicó que las labores de patrullaje se están reforzando. «Se dispone de un equipo conformado por 22 funcionarios para la custodia interna de las instalaciones. Su labor de vigilancia se refuerza en los puntos donde se registra la mayor incidencia de robos a mano armada y arrebatones: Tierra de Nadie, la escuela de ingeniería, la Facultad de Ciencias y los alrededores del Hospital Clínico Universitario».
Según Cruz el personal de seguridad se mantendrá alerta de aquellas personas que circulen en actitud sospechosa por las instalaciones.
Por su parte, Rosemary Trujillo, estudiante de ingeniería civil, destacó que en los pasillos de la escuela es común los arrebatotes. «Los celulares hay que llevarlos en la cartera, así como los monederos. He visto que semanalmente se registran en los pasillos entre dos y tres delitos de este tipo», dijo la alumna, quien agregó que hay zonas que en horas nocturnas son solitarias y requieren mayor vigilancia.
Fuente:El Universal