En un país que vive uno de sus más oscuros momentos, con un Estado cuyas políticas represivas y de persecución a la disidencia reviven algunos de los peores recuerdos de aquellas dictaduras latinoamericanas que ya parecían superadas, vemos como da inicio una nueva arremetida contra las instituciones que han asumido la lucha por la libertad de todos los venezolanos, entre ellas nuestro propio movimiento, Vente.
Desde sus inicios, Vente Joven nació como una organización política juvenil cuya única y principal meta ha sido la construcción de un país de libertades, en el cual todos los derechos civiles e individuales sean respetados, no solo por los ciudadanos, sino por el mismo Estado, para crear las bases de un verdadero desarrollo económico, institucional y democrático. Es esta visión la que nos ha llevado a asumir frontalmente la vanguardia de la lucha social y democrática que ha vivido nuestro país desde el 23 de Enero, en procura de la construcción de esa Venezuela que soñamos, siempre por el marco constitucional y con la protesta pacífica, pero contundente y masiva, como única arma en la calle.
Es evidente que para un régimen autocrático y dictatorial como el que enfrentamos esta lucha no solo es incómoda, sino una amenaza que debe ser destruida y sofocada a toda costa. En su esfuerzo para lograr tal fin no han escatimado gastos, esfuerzos o siquiera vidas, pues desde el despliegue masivo de fuerzas, tanto militares, como paramilitares contra civiles desarmados, hasta el arresto arbitrario de cualquiera que se atreva a alzar su voz y enfrentar a quienes intentan, desde la comodidad del poder, acallar la voz de los ciudadanos, la represión no ha conocido límite alguno.
Sin embargo, tras casi cuatro meses de lucha democrática, el régimen se encuentra ante su incapacidad de siquiera opacar, no solo la lucha en sí, sino los logros obtenidos por aquellos que decidimos construir una salida democrática. Y es ante este fracaso que han decidido usar su Tribunal Supremo de Justicia como un arma legal para la persecución, no solo de los líderes democráticos, sino de las instituciones que han sabido entender y canalizar esta lucha de todos los venezolanos, como lo es Vente Venezuela y nuestra Coordinadora Nacional, María Corina Machado.
Ante esta arremetida desesperada nuestra respuesta es contundente y clara: la salida a la actual crisis pasa por un cambio pacífico y constitucional que permita el reencuentro de todos los venezolanos, comenzando con la renuncia de Nicolás Maduro a esa presidencia que usurpa y terminando con la renovación del pacto social que sea un punto de encuentro para todos. Ni magnicidio, ni atajos, el pueblo venezolano no necesita de la violencia para lograr aquello que se propone, incluida la construcción de esa democracia y régimen de libertades que no solo sueña, sino que empieza a construir desde las calles.
Nota de Prensa