Los productos de primera necesidad siguen desaparecidos de los anaqueles, pero el mayor «calvario» que se vive es para comprar pañales.
Madres, padres y abuelos se anotan desde el día anterior para adquirir un par de paquetes de pañales en Farmatodo.
Se quejan de la lentitud para ser atendidos. Ramón Millán indicó que llegó a las cuatro de la mañana y a las 11 aún no había podido comprar pañales.
Al hacer un recorrido por los supermercados para verificar sobre la distribución de las tres mil toneladas de alimentos, pudimos constatar que a Central Madeirense llegaron 497 bultos de harina precocida que se agotaron en menos de 24 horas, al igual que el café y los pañales. El llamado es a ponerle coto a los «bachaqueros».
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Jennifer Hrastoviak
SOL DE MARGARITA