Hasta 560 bolívares puede costar un kilo de carne en el mercado periférico de la Candelaria, lo que resulta insultante para los consumidores. David Seija rechazó el aumentó tan acelerado de precios de estos alimentos, pues no concibe un método para rendir el salario.
Seija explicó que un sueldo mínimo no alcanza para nada, pero admitió que cuando se necesitan el producto se puede pagar lo que sea. “Lo que no se puede permitir es el abuso”.
Para otros compradores la problemática se origina por la ausencia de producción nacional. Carlos Freites comentó que la falta de estimulo para el sector agropecuario ha generado baja capacidad de respuesta, en términos alimenticios, para el Gobierno.
El aumento del precio de la carne y el pollo se efectuó en diciembre del año pasado en dos o tres veces, alegó Armando Reverol, encargado de una carnicería local. Indicó que tal alza se la había notificado su proveedor, quien hoy día compra carne en canal a 225 bolívares por por kilo. Detalló que luego de haber procesado y deshuesado la carne, se aumentan los precios a unos 360 bolívares, por un kilo de carne de segunda y 420 bolívares por el solomo.
El alza sistemática de los costos del pollo y la carne, se ha originado por la inflación. Para octubre de 2013 un kilo de carne costaba 86 bolívares. Hoy el costo aumentó 551,16%, seis veces y medio más de su valor, en casi un año y cinco meses.
Reverol acotó que a vendedores como él, quienes compran las carnes a proveedores no gubernamentales, les resulta más difícil sostener una buena oferta. Criticó que el Estado no haya desarrollado un método para fomentar la producción interna.
Cristhopher Borrero
EL CARABOBEÑO