Igual que en el caso del ritmo de lectura, el número de líneas por subtítulo resulta fundamental para una visualización grata del material. Si hubiera muchos renglones en pantalla, el espectador podría perder el hilo de lectura, de manera que los estándares aceptados a nivel profesional sobre este tema utilizan (casi en el cien por cien de los casos) dos líneas por subtítulo.
Del mismo modo, la cantidad de caracteres que contiene cada renglón está medida y, aunque Rubén Delgado informa de que hay «multitud de criterios determinados por los clientes», la media del mercado se sitúa entre los 35 y 42 por línea. En el caso de su empresa suelen utilizar 36 para vídeo, 37 para teletexto televisivo y 42 para cine.
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