Tenemos que remontarnos a 1925 cuando un escándalo sacudió el mundo de la ciencia. Los astrónomos más reputados de la época sentenciaban que el Sol estaba hecho de la misma mezcla de elementos que la corteza terrestre, esto es, oxígeno, silicio, aluminio e hierro -que forman el 90% de su composición-. Sin embargo, una joven estudiante recién graduada llamada Cecilia Payne publicó una revolucionaria tesis argumentando que esto no era cierto: estaban equivocados. Payne afirmaba que las estrellas, en general (nuestra estrella incluida, obviamente), estaban hechas principalmente de hidrógeno y no de los elementos que formaban la corteza de la Tierra.
¿Tenía razón?
Así es y gracias a esta tesis Payne se ganó un lugar destacado en la ciencia a pesar de que su nombre no nos resulte a muchos conocido. Es la mujer que descubrió de que están hechas las estrellas. Eso sí; en su época, su conclusión fue ridiculizada por el mero hecho de ser mujer (afirmaban que sus resultados eran “claramente imposibles”) pero, el tiempo le dio la razón.
Aún así, y a pesar de convertirse posteriormente en la primera mujer en dirigir un departamento en Harvard, precisamente el de astronomía, le pagaban bastante menos que a sus equivalentes masculinos en la universidad. Una brecha salarial de género a la que nos seguimos enfrentando hoy día.
La receta de una estrella
Las estrellas están hechas, principalmente, de un 75% de hidrógeno y un 24% de helio de la masa total (el porcentaje restante es una pequeña cantidad de otros elementos químicos, también presentes en el resto del universo, como nitrógeno, hierro o carbono). Son precisamente el hidrógeno y el helio los responsables de su alta energía y, por lo tanto, de su brillo.
Cecilia Payne, la descubridora de la composición de las estrellas
¿Cómo se analiza la composición de las estrellas hoy día?
El método más común que utilizan los astrónomos para determinar la composición de estrellas, planetas y otros objetos es la espectroscopía, una rama aplicada no solo a la astronomía, sino también a la química, la biología y la física, por supuesto (entre otras disciplinas científicas).
Actualmente, este proceso utiliza instrumentos con una rejilla que difunde la luz de un objeto por longitud de onda. Esta luz dispersa se llama espectro. Cada elemento, y combinación de elementos, poseen una huella digital única que los astrónomos pueden buscar en el espectro de un objeto determinado. La identificación de esas huellas dactilares es lo que permite a los científicos determinar de qué está hecho ese objeto.
Debido a que las longitudes de onda en las que se producen las líneas de absorción son únicas para cada elemento, los astrónomos pueden medir la posición de las líneas para determinar qué elementos están presentes. De la misma forma, la cantidad de luz que se absorbe también puede proporcionar información sobre la cantidad de cada elemento que se encuentra en el objeto.
El nacimiento de una estrella
Las estrellas surgen debido a una poderosa fuerza: la gravedad. Las nubes de gas y polvo pueden empezar a compactarse y aplastarse aumentando su densidad. Estos densos grupos de gas también se calientan cada vez más en el centro. Cuando el gas central alcanza una cierta temperatura (millones de grados) sucede algo fantástico: los átomos de hidrógeno se unen para formar helio. Así, con este proceso de fusión nuclear se libera mucha energía y así es como una estrella comienza su vida.
Fuente: Muy Interesante
Por: Maria Laura Espinoza
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