Eso de ver a una persona de 60 años doblarse y tocar el piso con sus manos dejando las palmas apoyadas sobre él, es algo que me supera, ¡no puedo hacerlo! Si te pasa como a mí, sigue éstos consejos y aprende cómo mejorar la flexibilidad, es algo que conviene hacer para preservar la salud de nuestros huesos y articulaciones.
Mejorando la flexibilidad
Es un trabajo de día a día, si haces un poco hoy y otro mañana, y así sucesivamente, cada vez lograras más. Eso sí, dedícale un mínimo de 20 minutos diarios.
Sé suave en tus movimientos, estira lo que puedas sin esforzarte demasiado. El secreto para mejorar la flexibilidad está en la repetición y en el ser constante.
Respira para relajar los músculos
Si te encuentras tensionado, es complicado lograr flexibilidad, pero si respiras profundamente varias veces antes de comenzar con los ejercicios y durante los mismos, te resultará más fácil estirarte y llegarás más lejos. Además, como sabrás, respirando profundamente añades más oxígeno a tu cuerpo y la circulación fluye mejor.
Si pones la atención en el músculo que deseas estirar a la vez que respiras, conseguirás antes que éste se relaje.
Para terminar contrae los músculos
Una vez que finalices tu sesión diaria para flexibilizar tu cuerpo, entonces tómate unos minutos para contraer los músculos, debes hacerlo durante unos 30 segundos y volver a estirar; esto permite que se aflojen del todo, lo que favorece que cada vez consigas un mayor nivel de estiramiento.
Repite los estiramientos
Como decía al principio del artículo, la clave está en repetir los ejercicios, hazlo de dos a tres veces para que, a medida que pase el tiempo, consigas estirarte un poco más; sé paciente y no realices movimientos bruscos, ya que podrías ocasionar una lesión o que un músculo quede resentido, y retrasarías tu objetivo.
Fuente: imujer