Cuando pensamos en la cantidad de nutrientes y vitaminas que ingerimos con cada uno de los alimentos que consumimos, solemos tener una idea a grandes rasgos. Es conveniente saber que cada una de ellas, cada nutriente o cada vitamina cumple una función específica y fundamental y conviene recordar también que tener unos buenos niveles en este sentido es indispensable para contar con un buen sistema inmunitario. En esta ocasión vamos a centrarnos en una vitamina que en especial las mujeres solemos querer a todas horas. Hablamos de la vitamina D y su efecto sobre el bronceado de la piel. Hay que dejar claro desde el principio que ingerir vitamina D no te pone morena, los encargados de esto son los carotenoides, pero sí incentiva a tu cuerpo a que produzca melanina (la encargada de generar en nuestra piel ese tono que tanto nos gusta). El sol es un excelente generador de vitamina D (usando siempre protección), pero además hay una serie de alimentos ricos en vitamina D y carotenoides, que nos ayudarán ya no solo a que nuestro bronceado sea mejor, sino también a que nuestros huesos estén fuertes y nuestras defensas, en forma:
1- Alimentos ricos en vitamina D: Salmón, lácteos, frutos secos, cacao, hígado, huevo, cereales, ostras y caviar.
2- Alimentos ricos en carotenoides: Arándanos, frambuesas, zanahorias, sandías, tomate, granadas, papayas, fresas y albaricoques.
De una manera o de otra, conviene que siempre incluyamos este tipo de alimentos en nuestra dieta diaria. Los expertos aseguran que los niveles adecuados de vitamina D diaria deberían situarse entre 800 y 1000 UI (unidad internacional), pero varios estudios indican que en el caso de las mujeres en muchas ocasiones no se llega ni a la mitad. Si tienes dudas, pide una analítica a tu médico y si es necesario, que te recete algún suplemento. En lugares donde la población no recibe excesiva luz del sol, se toman suplementos de vitamina D para suplir el aporte directo del sol.
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Por Confirmado: María González