Antes de lanzarnos al platillo fuerte que es la penetración, es indispensable que le eches una mano a tu pareja, sí, una estimulación muy, pero muy sensual.
Así que recorre todo su cuerpo poniendo especial atención en cada una de las zonas que más terminaciones nerviosas tienen, ¿cómo divertirnos con ellas? Nosotras te decimos…
Toma nota
Cabello. Con movimientos suaves y lentos, sobre todo en la línea del nacimiento. En el momento del orgasmo, un pequeño tirón puede aumentar el placer. Recorre de la raíz a la punta con las yemas de los dedos y luego tira con firmeza hacia abajo.
Orejas. Acaricia alrededor con la yema de tu dedo índice, y sigue su forma. Una ligera succión puede desencadenar un grado muy alto de excitación. Mete la punta de la lengua y traza circulitos. Lame los lóbulos y presiónalos con tus labios. Sopla un poco detrás de cada una. (El tamaño del lóbulo aumenta durante la excitación).
Pecho. Cúbrelo de besos húmedos, de arriba hacia abajo. Acaricia, lame y aprieta con cierta firmeza. Realiza breves lamidas y sopla en la superficie húmeda. Succiona, pellizca suavemente y aprieta entre tus labios mientras le das ligeros toques con la lengua.
Párpados. Si alguno de los dos tiene el cabello largo, úsenlo para acariciarlos e intercalen pequeños besos. Con besos firmes, lamidas suaves y delicadas caricias con los dedos.
Espalda. Lame donde se junta con los glúteos. Masajea con firmeza. Acaricia oral o manualmente los músculos que están a los lados de la columna vertebral.
Boca y labios. Son las zonas más sensibles; se comportan como los genitales, pues se hinchan e intensifican su color. Succiona con firmeza el labio superior. Dale besos “a la francesa” que rayen en lo apasionado. Intercala pequeñas mordidas con besos suaves.
Cuello, nuca y hombros. Bésalo en la nuca mientras le acaricias delicadamente su cuello. Mordisquea ligeramente, sin lastimar ni dejar marca. Da besos suaves, húmedos y pequeños apretones con la palma de la mano.
Brazos y manos. Sube y baja por sus dedos con sólo las yemas de los tuyos, y acarícialos suavemente. Pon su mano sobre tu boca y recorre la palma nada más con la punta de la lengua. Traza círculos desde adentro hacia afuera (en espiral) sobre la palma, primero con la yema del índice y luego con la lengua. Frota suavemente la zona axilar y la cara interna del antebrazo, evitando producir cosquillas.
Vientre. Lame con delicadeza y luego sopla en su ombligo. Traza una línea vertical en el área que va del ombligo al pubis. Hazlo con las manos, la lengua y los labios.¡Lame, succiona y mordisquea! Frota y besa suavemente. Traza una línea horizontal con la lengua a través del abdomen, de cadera a cadera.
Que todo comience a arder…
Fuente: Veintitantos